botella de vino

Conceptos básicos que se usan para catalogar a un vino

17 Abr 2014 – 09:50 AM EDT

De seguro que si te has comenzado a interesar por el mundo del vino, nada más empezar a consultar los primeros manuales, revistas especializadas o acudir a algún evento o conferencia, te has sentido realmente perdido. ¡Y tú qué pensabas que con que te gustase el vino era suficiente! No te preocupes, porque hoy en El Gran Catador vamos a intentar echarte una mano, y además, vamos a descubrir algunos conceptos básicos que se usan para catalogar los vinos de forma habitual, con lo que empezarás a estar nadando en las aguas de la bebida preferida en buena parte del mundo a la hora de comer.

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Conceptos clave para entender el vino: los sabores

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Vino Amable: un vino amable no es el que trata bien, pero casi. Se conoce con este nombre a los vinos que dejan un impacto en el paladar con muy poco gusto a alcohol y son realmente suaves. Aunque estos son también los más peligrosos para que acabes con un buen mareo porque engañan a tu organismo.

Vino Redondo: se trata de vinos que en realidad no tienen ningún sabor definido y se podría decir que han alcanzado el equilibrio perfecto entre dulce, salado, amargo y ácido.

Vino Elegante: se trata de una subclasificación de la anterior mención. En realidad debe ser un vino equilibrado, pero al mismo tiempo tiene que dejar notas que se perciban tanto con el gusto como con el olfato y claramente "redondeadas"

Vino Bouquet: aunque te suene a flores, en realidad este término se usa para vinos que tienen un sabor consistente, por lo general a barrica o a tabaco por la cantidad de tiempo que pasan dentro de los barriles macerándose. Se trata de vinos crianza en prácticamente todos los casos

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Crianza o joven: cuestión de tiempo

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El vocabulario del mundo del vino es amplio, pero nadie que quiera empezar en esto puede olvidar lo que es una clasificación de las más básicas; la diferencia entre los vinos que pasan tiempo en barrica y los que salen en muy poco de las bodegas. A los primeros se les denomina crianza, por eso de que hay que cuidarlos como a un bebé, dejándolos macerar años. Los vinos jóvenes, por el contrario, apenas pasan tiempo en los barriles y salen al mercado con la cosecha. Son más afrutados y con menos aroma precisamente por ello.

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