Nervios, ansiedad, presión, alegría, expectativas... Por todas esas sensaciones encontradas, es normal que no puedas dormir la noche previa al primer día de trabajo. Sin embargo, al otro día sabes que tienes que estar tranquila y segura para que todo salga bien... pero... ¿cómo lograrlo?
¡Aquí te ayudamos a prepararte! Estos consejos te enseñarán a afrontar el primer día de trabajo lo mejor posible. Obviamente, los nervios siempre estarán presentes, pero si vas bien preparada no se notarán, y hasta podrás disfrutar de este momento tan importante en tu vida...
Sé puntual. Por más impuntual que acostumbres ser en tu vida no cometas el error de llegar tarde a tu primer día de trabajo. Llegar en hora, o un poquito antes, es una muestra de responsabilidad, y te ayudará a sentirte más tranquila y menos estresada.
Vístete con la ropa adecuada. Obviamente, no es lo mismo vestir para una oficina que para un trabajo más informal. Sin embargo, hay reglas básicas de vestimenta cualquiera sea tu puesto laboral: no lleves faldas demasiado cortas, jeans ajustados, remeras escotadas, etc. Si tienes dudas, pregúntale a los encargados si en la empresa siguen un código de vestimenta.
No esperes demasiado. Es normal que los primeros días de trabajo te parezcan aburridos, pero no porque tu puesto así lo sea, sino porque – como recién empiezas- todavía no te habrán delegado tareas importantes.
Sonríe. Una manera de aliviar los nervios típicos del primer día de trabajo es sonreir. Esto, además, causará una buena impresión en tus compañeros, quienes se sentirán más cómodos para acercarse a ti.
Sé amable y cordial, pero no demasiado abierta. Sonreir, ser amable y mostrarse accesible ante los demás es clave para lograr una buena impresión, pero un abuses. Por más que tus jefes y compañeros te puedan haber caído bien desde el principio, ten en cuenta que estás en el trabajo y recién se conocen: no hables de temas personales, ni te muestres demasiado extrovertida y sentimental.
Infórmate. Esto es obvio: debes tener una idea básica de la empresa que te contrató y del cargo para el cual te contrataron. Obviamente, no sabrás todo con lujo de detalles hasta que efectivamente estés cumpliendo tu tarea, pero al menos trata de investigar lo que harás para estar bien preparada.
No le tengas miedo a preguntar. Es normal que el primer día tengas un millón de dudas. ¡No tengas vergüenza de preguntar a tus compañeros! Como eres nueva, estarán dispuestos a ayudarte en lo que necesites. Además, preguntar está bueno porque demuestra que te estás interesando en el trabajo.