Debbie Reynolds fallece de un infarto un día después de la muerte de su hija Carrie Fisher

La leyenda de la actuación tenía 84 años y este miércoles coordinaba el funeral de su hija en la residencia de su segundo hijo, Todd Fisher, cuando su corazón falló.

Debbie Reynolds, la leyenda de Hollywood a quien su recién fallecida hija Carrie Fisher describía como un icono de la comunidad gay, fue hospitalizada de emergencia este miércoles en la tarde, luego de que se descompensara en la residencia de su segundo hijo Todd Fisher, en Beverly Hills, California. Aunque los médicos hicieron todo lo posible, poco antes de las 6:00 de la tarde, hora del Pacífico, su hijo informó que Debbie "se fue con Carrie".

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Desde el hospital Cedars-Sinaí, Todd Fisher afirmó que el dolor que le causó la muerte de su hija, fue demasiado para Debbie Reynolds. "Estamos devastados".

Reynolds, de 84 años, se encontraba apoyando a su hijo y a su nieta Billie Lourd con los detalles del funeral de la también actriz y escritora Carrie Fisher, célebre por su papel de la princesa Leia en la saga 'Star Wars' y fallecida el martes, a los 60 años.

Carrie Fisher estuvo internada cuatro días en el centro médico UCLA, al cual fue trasladada desde el aeropuerto de Los Ángeles tan pronto aterrizó el avión que la traía desde Londres cuando sufrió un infarto masivo, el pasado viernes 23 de diciembre.

El martes, Debbie Reynolds agradeció a los seguidores de su hija todo su apoyo y sus oraciones, con un emotivo mensaje en su perfil de Facebook. "Gracias por apreciar los dones y talentos de mi amada y maravillosa hija. Agradezco profundamente todos sus pensamientos y oraciones que ahora la están guiando a su próxima estación. Con amor, la mamá de Carrie".

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Reynolds, protagonista en el 1952 del musical 'Singing in the Rain', con Gene Kelly, quedó devastada pues mantenía una excelente relación con su primogénita, que procreó con el cantante Eddie Fisher, fallecido en 2010.

En una entrevista que Debbie Reynolds y Carrie Fisher ofrecieron juntas a la conductora Oprah Winfrey, en el 2011, madre e hija lucieron cual cómplices, bromeando incluso sobre sus relaciones amorosas y los tropiezos con la fama.

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Fisher identificaba a su madre como la Jennifer Aniston de sus tiempos, los años 50, pues Eddie Fisher (quien sería el Brad Pitt) le pidió el divorcio para casarse con Elizabeth Taylor, la Angelina Jolie'de ese escándalo entre las grandes estrellas de entonces en Hollywood. A finales del 1959, Debbie Reynolds se quedó sola con su hijo Todd recién nacido y Carrie, que aún no cumplía los dos años.

Más allá de las bromas, el único dolor que Debbie Reynolds expresó fue su impotencia para garantizarle la felicidad a su hija, diagnosticada como bipolar. Le preocupaba que algo pudiera pasarle cuando ella ya no estuviera.

En ese mismo programa, Debbie Reynolds no dejó pasar la oportunidad para expresar públicamente que su mayor alegría era ver a Carrie rehabilitada de su consumo de cocaína y otras drogas recetadas. "Era más fácil haber seguido en las drogas, pero ella decidió luchar", destacó la leyenda de la actuación, que en ese entonces, a sus 78 años, trabajaba 42 semanas del año, presentando un espectáculo en el cual además de cantar y actuar, imitaba a las grandes estrellas de sus tiempos.