El Ejército de EEUU despidió a ocho altos mandos de la base de Fort Hood, Texas, donde prestaba servicio Guillén. Además, impuso sanciones disciplinarias a 21 soldados y suboficiales, algunos fueron relevados de sus cargos y otros recibieron cartas de reprimenda que formarán parte de su historial militar. Estas acciones se dan a un año de la desaparición y muerte de la soldado, y luego de una investigación que reveló que Guillén sí fue acosada sexualmente.
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