Cierran campañas en Puerto Rico
A sólo horas de la elección, a la que se espera acudan más de 2 millones de electores, los puertorriqueños amanecieron el domingo transitando las principales vías de la zona metropolitana con banderines de sus candidatos predilectos, camino a los cierres de campaña de los tres partidos políticos tradicionales.
Pedro Rosselló, ex gobernador del Partido Nuevo Progresista (PNP) que está en favor de que Puerto Rico sea el 51er estado de Estados Unidos, es favorecido en todas las encuestas preelectorales a pesar de ser una de las figuras políticas puertorriqueñas que más divisiones ha generado en las últimas décadas.
Su principal rival es Aníbal Acevedo Vilá, del gubernamental Partido Popular Democrático (PPD), un abogado de 42 años cuyo lema de "Progreso con dignidad" alude directamente a las acusaciones de corrupción que rodean la figura de Rosselló.
Una encuesta publicada el domingo por el periódico El Nuevo Día, el de mayor tirada en Puerto Rico, sugiere que Rosselló aparece como favorito con el 45 por ciento de los votos.
Muy cercano en segundo lugar le sigue Acevedo Vilá con el respaldo del 40 por ciento de los electores, según el mismo sondeo.
La encuesta destacó, sin embargo, un alto índice de indecisos (11 por ciento) que probablemente definirán la elección.
Durante sus dos mandatos (1993-2000), Rosselló encaminó importantes proyectos de infraestructura que le ganaron el favor de un amplio sector de la población que sueña con la plena incorporación a Estados Unidos.
Para otros, sin embargo, esas obras se realizaron a un costo injustificable: una deuda pública que ascendió a unos 26,500 millones de dólares, sonados escándalos de corrupción entre casi 30 funcionarios de alto rango de su administración y la desaparición de incentivos contributivos federales para las empresas estadounidenses establecidas aquí.
"Acepto que haya personas que, no importa lo que yo haga, van a estar en contra mía por lo que yo represento", dijo el médico de 60 años en una entrevista con la Associated Press.
Acevedo Vilá, por su parte, apuesta a que los puertorriqueños rechazarán "los estilos de atropello, de arrogancia y de falta de honestidad que él (Rosselló) representa", y se describe como un líder de la nueva generación de políticos boricuas.
Es el actual representante puertorriqueño, sin voto, ante el Congreso estadounidense.
Rosselló y Acevedo Vilá han prometido encaminar procesos diferentes para resolver la situación política de Puerto Rico, un territorio estadounidense semi-autónomo cuyos 4 millones de habitantes son ciudadanos de Estados Unidos que no pagan impuestos federales pero reciben unos 14 mil millones de dólares anuales en fondos federales.
El partido de Acevedo Vilá favorece la relación actual de Estado Libre Asociado.
El tercer aspirante a la gobernación es Rubén Berríos, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quien aspira por quinta vez a la gobernación y usualmente obtiene alrededor del 5 por ciento del favor electoral.
Los tres candidatos encabezaron el domingo sus actividades finales de campaña, logrando el oficialista PPD y su opositor PNP movilizar a decenas de miles de seguidores que aclamaban a sus respectivos candidatos como el próximo gobernador.
Según la Comisión Estatal de Elecciones, unas 2.4 millones de personas se han inscrito para votar el martes, y la participación electoral históricamente supera el 80 por ciento.
Caravanas multitudinarias de vehículos con banderas y potentes equipos de sonido, a ritmo de salsa, merengue y "reggeaton", y bajo una intermitente pero intensa lluvia tropical, colapsaron las principales vías de acceso a San Juan desde primeras horas de la mañana para concentrarse en los diferentes puntos donde los candidatos agotaron sus últimos cartuchos electoralistas.
En el acto central de cierre de campaña del PPD, el ex gobernador Rafael Hernández Colón, uno de lo políticos puertorriqueños más carismáticos, pronunció un encendido mitin en apoyo de la candidatura de Acevedo Vilá.
Al mismo tiempo, y como en pasados días, varios líderes independentistas se desmarcaron de su partido y pidieron el voto para Acevedo Vilá en un sacrificio para impedir la victoria de Rosselló.
Rosselló representa la facción más radical de su partido en el afán por conseguir que Puerto Rico se convierta a todos los efectos en el estado 51 de Estados Unidos.
Acevedo, abogado de 42 años, ha ejercido durante la actual administración la figura de Comisionado Residente en Washington, que es el funcionario que, tras ser electo junto al gobernador, representa los intereses de Puerto Rico en el Congreso de Estados Unidos con voz, pero sin voto.
Bajo el mandato de Sila Calderón, el partido de Acevedo ha gobernado durante los últimos cuatro años con más pena que gloria, a juzgar por los sondeos de opinión.
Su diferencia con el partido de Rosselló es fundamentalmente su posición en relación con el estatus de Puerto Rico, al ser complaciente con la actual situación y defender, en todo caso, la formación de una Asamblea Constituyente en la que se defina el futuro de la soberanía de la isla.
Ambos partidos, no obstante, se han repartido el poder, sin aplicar grandes cambios, desde que en 1952 los puertorriqueños comenzaron a elegir a sus gobernadores como ciudadanos de un Estado Libre Asociado a Estados Unidos.
Los puertorriqueños, que tienen pasaporte y seguro social de Estados Unidos, no votan en las elecciones presidenciales de ese país, que se celebran cada cuatro años el mismo día, el primer martes de noviembre, que los comicios en la isla.
En las elecciones del próximo martes, además de gobernador, los puertorriqueños elegirán al comisionado residente en Washington, a los alcaldes de los 78 municipios en que se divide la isla y renovarán a los miembros de las dos cámaras del Poder Legislativo.
Entretanto, las elecciones ya comenzaron en las diferentes cárceles del país, donde 10,092 presos, el 54 por ciento de la población penitenciaria, se inscribieron para votar, según la Junta Administrativa del Voto Ausente (JAVA).
El proceso de voto de los presos en Puerto Rico transcurrió el domingo con normalidad, a excepción de algunos "incidentes menores" en los que faltaron papeletas, dijo Gilberto Bracero, presidente de la JAVA.
El abogado indicó que los reos en 60 instituciones penales votaron como parte de las elecciones generales del próximo 2 de noviembre.
Bracero explicó que en algunos de los presidios grandes faltaron papeletas, pues el número de presos que pidió votar superó la cantidad que había planificado la junta.
Precisó que representantes de los tres principales partidos políticos (PNP, PPD y PIP), escoltados por la Policía, participaron en el proceso de traslado de papeletas en los casos en que fue necesario, "tal y como lo exige la ley".
Bracero señaló que tampoco hubo "sucesos que lamentar", en referencia a agresiones o incidentes violentos.
Los presos que decidieron votar sin haberse apuntado fueron añadidos a mano, se les tomó su información y recibieron únicamente la papeleta estatal, donde eligieron al gobernador y al comisionado residente de Puerto Rico en Washington.
"Ese voto añadido a mano se recibe en un sobre distinto. En la faz de ese sobre se llena la información del elector, si está activo, va a una urna y se cuenta su voto y si no estaba inscrito o estaba inactivo, ese sobre no se abre porque nunca tuvo derecho a votar", reiteró Bracero.
Según el presidente de JAVA, un 54 por ciento de los presos de Puerto Rico pidieron votar en 2004, en comparación con el 56 por ciento en los comicios de 2000.
Los presos pueden votar en Puerto Rico gracias a una ley que aprobó el gobierno de Carlos Romero Barceló, quien gobernó la isla entre 1976 y 1980.