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DC Comics

Reseña de Final Crisis #7

Publicado 28 Ene 2009 – 08:08 PM EST | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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La crisis final culmina y el resultado es interesante, al menos la parte que podemos entender.

Grant Morrison (escritor) junto a Doug Mahnke (dibujante) nos muestran como el heróe más grande de todos los tiempos regresa junto a tiempo para confrontar a Darkseid y salvar al universo. Lamentablemente entre toda esa acción debemos tolerar varios momentos francamente incomprensibles y que interrumpen el flujo de la narración.

La mejor forma de explicárselos sería que imaginasen una brillante película, llena de acción, drama, buenos diálogos y excelentes batallas. Sin embargo cuando las cosas se ponen interesantes de repente surge una molesta pausa publicitaria para vendernos detergente la cual hace que la presión nos suba considerablemente.

Ese es el mayor defecto de esta historia la cual básicamente nos fuerza a leer varios tie-ins para comprenderla o perdernos una gran cantidad de detalles absolutamente innecesarios pero que Morrison creyó que querriamos ver por alguna razón que ninguno de nosotros llega a comprender.

Eso se hace aún más molesto con docenas de personajes clase Z que a NADIE (excepto a los dementes hurgadores de cajas de descuento obesionados con los 70) le interesan y que apenas han aparecido en un puñado de números en los últimos veinte años robándole protagonismo a otros que realmente habría sido mucho más interesante ver desarrollados con más detalle. Me refiero particularmente a los Flash, Barry y Wally quien tienen un momento tan magnífico como corto perdiendo espacio por un montón de superheróes japoneses de séptima categoría.

¿A quien no le hubiera gustado ver a Superman aplastando a Darkseid a puño limpio? A los Flashes derrotando a Black Racer con todos los detalles que merecía. Hubiera sido épico y único. Lamentablemente tuvimos que conformarnos con una mala versión de Drácula surgida de la nada y que nos llevó a pensar que nos habíamos salteado alguna página porque realmente no comprendíamos que diablos estaba haciendo allí.

Para los que se quedaron perplejos con el final me parece que es importante hacer una aclaración para que entiendan el porqué del asunto. El efecto Omega no es lo mismo que la sanción Omega ya que el primero causa la desintegración mientras que el segundo hace que la víctima sea transportada a varias vidas que signifiquen su versión personal del infierno una y otra vez hasta que su fuerza de voluntad haya sido destruida. Sí, ya sabemos que no estaba muerto pero al menos ya vemos como DC, siempre cobarde y complaciente, se cubre las espaldas para tener listo su regreso en lugar de dejar abiertas las expectativas.

Como comentario de cierre me viene a la mente la narración casi apocalítpica que se ve en todo el número la cual simplemente es un fiasco de primera categoría ya que promete un final absoluto para todas las cosas aunque nosotros ya sabemos que NADA va a cambiar.

Seamos honestos, no esperábamos milagros pero sí una buena batalla final con sorpresas, diálogo inteligente y algunas reflexiones filosóficas. ¿Lo obtuvimos? En parte sí pero también tuvimos que soportar una montaña de porquerías que realmente desmerecen a la saga.

Puntaje

Arte: 8/10- Doug Mahnke hace un trabajo magnífico recreando con lujo de detalles escenarios y personajes provenientes de todas partes del universo DC.

Trama: 5/10- Morrison tenía una brillante idea pero no pudo evitar algunas interferencias y su propio amor por los personajes olvidados para evitar hacerla demasiado sobrecargada.

General: 6/10Final Crisis termina y tal vez tendremos un poco de tranquilidad hasta el siguiente megaevento lleno de promesas falsas y muertes de tercera categoría.

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