
La variedad de juguetes que podemos encontrar en las tiendas es altísima, pero muchos tienen mejores ideas para diseños o modelos de marcas reconocidas.
Hasbro, en sociedad con Shapeways, abrió la puerta para que sus clientes diseñen juguetes para luego imprimirlos en 3D.
Tu juguete personalizado

Recién en su primera etapa, Hasbro abrió la posibilidad para que artistas digitales creen sus propias versiones de modelos de My Little Pony, una de sus líneas más populares entre niños y adultos.
Los diseños, que pueden ser enviados al sitio SuperFanArt para luego ser ordenados a pedido, abren la puerta para un mercado en que cada objeto será fabricado según los gustos y necesidades individuales del cliente.
En el caso de My Little Pony, los diseñadores reciben una regalía cuando alguien ordena uno de sus juguetes, pero si eres lo suficiente bueno, perfectamente puedes crear el tuyo y luego mandarlo a imprimir en Shapeways.
El precio de cada juguete personalizado, depende del mismo artista y, parte en los 25 dólares, pudiendo llegar a los 100 dólares, siendo un buen negocio para diseñadores y coleccionistas.
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El futuro de la industria de los juguetes
Si bien Hasbro limitó la impresión de diseños de juguetes a My Little Pony en una primera etapa, está lista para añadir otras franquicias como Transformers, Littlest Pet Shop y Play Doh, entre varias más.
La imaginación de los niños, puede transformarse en un accesorio o personaje para su juguete preferido, sin tener que contentarse con los modelos que la marca ofrece, lo que es un plus en tiempos donde la creatividad está quedando de lado.
El poder imprimir juguetes en 3D, también abre la puerta a diseñadores independientes, que ahora tendrán el apoyo tecnológico necesario para entrar en la industria.
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La personalización podrá ir desde crear un personaje completamente nuevo a añadir pequeños cambios a uno ya existente. Shapeways es una de las empresas más conocidas a la hora de llevar la impresión 3D a la gente común.
Quizá en un futuro y, en vez de enviar una carta a Papá Noel, los niños simplemente le manden su diseño por correo y, en el Polo Norte, se conviertan en juguetes reales gracias a una mágica impresora 3D gigante.