Sin importar dónde vivas, es probable que en los últimos años hayas escuchado cada vez más y más este término. Probablemente sepas que tiene algo que ver con la extracción de gas o petróleo y que puede ser un tanto controvertido, pero ¿qué es exactamente el fracking? Te lo explicamos a continuación.
¿En qué consiste?

El término fracking es en realidad una abreviación para fracturación hidráulica. El proceso consiste en inyectar una composición líquida (usualmente agua con arena u otros agentes de sostén) con una presión elevada en un pozo previamente excavado. Esto se hace para permitir que el gas natural y el petróleo contenidos en las rocas excavadas se libere y así poder extraerlo.
A pesar de que la reciente atención que se ha ganado esta técnica puede hacernos pensar que es un procedimiento nuevo, el fracking ya lleva más de medio siglo en funcionamiento. Los primeros experimentos se realizaron en 1947 y para los años 50 la técnica ya se estaba utilizando de forma comercial.
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¿Cuáles son las ventajas y desventajas del fracking?

Mediante el fracking se puede acceder a reservas de gas y petróleo que otras técnicas no podrían extraer. En Estados Unidos, por ejemplo, el fracking se ha extendido de forma tal que hay más de 1 millón de pozos que utilizan esta técnica. Estas nuevas reservas le han permitido al gigante norteamericano disminuir considerablemente el volumen de importaciones de estos productos.
Pero no todo lo que brilla es oro. Aunque la técnica de fracking ha logrado expandir nuestras reservas de estos recursos de los que tanto dependemos, es un procedimiento muy controvertido. La principal crítica que se le realiza, es su impacto negativo sobre el medio ambiente.
El fracking consume cantidades enormes de agua, otro recurso esencial que también está escaseando. Además, existe la preocupación de que varias fugas estén contaminando no solo la atmósfera, sino también los acuíferos que sirven como suministro de agua paral as poblaciones cercanas.
Para empeorar las cosas, el fracking puede provocar actividad sísmica que, aunque en general no es detectable sin herramientas especiales, en ocasiones sí pueden ser percibidos por quienes habitan en las cercanías de los pozos. Hasta el momento no se han registrado sismos de gran magnitud provocados por el fracking, pero el Servicio Geológico Estadounidense ha declarado que no descarta que esto pueda suceder.