Ciencia y Tecnología

¿Por qué no se apaga la antorcha olímpica?

9 Abr 2008 – 09:15 AM EDT

Los Juegos Olímpicos están cada vez más cerca y las noticias no dejan de hablar sobre las nuevas instalaciones, el lujo que supondrá la ceremonia y sobre todo, el recorrido que hace la antorcha olímpica.

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Dos preguntas reinan en el ambiente, ¿por qué se carga una antorcha desde una punta a la otra del planeta? Y la segunda pregunta, ¿cómo es posible que no se apague en un recorrido de 137.000 kilómetros en 130 días, por 135 ciudades?

La respuesta a la primera pregunta tiene su base en la Grecia Antigua, donde se celebraban los tradicionales Juegos Olímpicos como un homenaje a los dioses Zeus y Hera. El fuego de la antorcha era encendido varios meses antes de iniciado el evento, quemando la mecha con un espejo y los rayos solares.

El fuego representaba a los propios dioses, pues se creía, fue robado a estos por Prometeo. Será la llama la que ilumine el enorme pebetero olímpico del estadio el día de la inauguración, y su luz arderá hasta la ceremonia de clausura.

Esa tradición reapareció en Ámsterdam en el año 1928 con las olimpiadas modernas, agregándosele en el 2004, relevos alrededor del mundo, simbolizando la armonía entre los pueblos.

La pregunta que queda es ¿por qué no se apaga? Contrario a lo que muchos piensan, la antorcha sí lo hace. Sin embargo, existen varios faroles capaces de volver a encender la llama en caso de que se apague, custodiados por un equipo de diez guardias. Esos faroles, al igual que la propia llama se encienden en Grecia y luego realizan la enorme travesía a través del mundo de 130 días, hasta que dé inicio la fiesta inaugural de los Juegos Olímpicos.

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La antorcha está hecha de aluminio y se encuentra especialmente diseñada para soportar vientos de hasta 65 kilómetros por hora y mantenerse encendida bajo lluvias de hasta 50 milímetros por hora.

Vía | BBC Mundo

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