¿Cómo convertir cada problema en una nueva oportunidad?

Un examen que no aprobamos, un trabajo que perdemos, una relación que terminamos. Estos son tropiezos con los que nos enfrenta la vida y que, más tarde o más temprano, nos vemos obligados a superar. Pero ¿qué sucedería si en lugar de concebirlos como hechos negativos optaras por cambiar tu perspectiva 180º?
Si en vez de definirlos como problemas, los percibieras como oportunidades escondidas, todo sería diferente...
Lento pero seguro

Esta es una frase que siempre trato de recordar cuando algo no se ajusta a mis planes. Si no obtenemos lo que queremos en el primer o segundo intento, no debemos desmotivarnos ni permitir que el estrés se apodere de nosotros.
Para sacar lo mejor de la situación, necesitamos visualizar qué podemos aprender de ella para seguir caminando con paso firme. Siempre y cuando no estés quieto, estarás cada vez más cerca de alcanzar tu objetivo.
Una oportunidad oculta
La reacción de la mayoría de las personas cuando algo no sale como querían es frustrarse y seguir revolcándose en el "error" que cometieron. Esa actitud no solo representa una enorme pérdida de tiempo, sino que también es muy perjudicial a la hora de mantener nuestra motivación.
En lugar de ver ese ''problema'' como algo terminado y que no tiene solución, podemos elegir entenderlo como una oportunidad de revertir algo, cambiar la dirección de un proyecto, reinventarnos a nosotros mismos, siempre habrá más y mejores alternativas. Se trata de cambiar la postura frente a estos hechos y estar dispuestos a ver más allá de las consecuencias inmediatas.
¿Miedo a equivocarte?
El miedo es una buena señal, casi siempre. Significa que estamos haciendo algo que nos desafía, que nos moviliza pero que a la larga tendrá sus frutos. Y junto con el miedo vienen los riesgos y debemos estar preparados para equivocarnos, porque esa es la manera más eficaz de aprender.
Para avanzar más allá de las circunstancias, es fundamental percibir los errores como pequeños maestros. Si lo logras, no habrá piedra en tu camino lo suficientemente poderosa como para derribarte.