No es la primera vez que lo traemos a mención, aunque realmente vale la pena recalcarlo: los 90 fueron una década extraña para la industria del cómic. Amenazados por las bajas ventas y un futuro de bancarrota, las editoriales hacían literalmente cualquier cosa por aumentar sensiblemente sus números. Este crossover entre X-Men y Star Trek es uno de los ejemplos.
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X-Men/Star Trek
En 1996 el escritor Scott Lobdell puso su pluma en lo que sería una de las primeras producciones de Marvel para Paramount Comics. El plan era simple: atraer lectores de Marvel al universo Star Trek y viceversa. El resultado fue esta historia autoconclusiva que mezclaba ambas franquicias y contaba con el arte de Marc Silvestri, Billy Tan y David Finch.
Como es de esperarse, el argumento está a la altura de la premisa. Los tripulantes del Enterprise encuentran una ruptura de energía psiónica (que en el mundo del cómic puede significar casi cualquier cosa) de la cual emerge una nave de diseño Shi'Ar.
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Antes de ser destruida la anomalía espacial (sea lo que sea que signifique eso), Spock detecta siete presencias de vida similar a la humana. Se trata de los X-Men, claramente.Trasbordo mediante, los X-Men entran en contacto con la tripulación del Enterprise, la cual no resulta amistosa en sus primeros momentos.
Una vez superadas las asperezas, los dos equipos llegan a un acuerdo para cumplir con un objetivo en común: derrotar al mutante prófugo Proteus y su aliado Mitchell. Luego del combate ambos equipos se despiden: los X-Men vuelven a su realidad, no sin antes sentirse aliviados por haber encontrado un universo alterno donde parece haber esperanza para la raza mutante.
No será la única vez que estas dos franquicias se crucen en el cómic. Existen dos secuelas de esta historia: Star Trek: The Next Generation/X-Men #1 y la novéla gráfica Planet X.
¿Has tenido la oportunidad de leer este extraño crossover?