
Continuamos con las reseñas del Edge of the Spider-verse. El número 4 nos trae una historia de terror, al estilo de un episodio especialmente macabro de La Dimensión Desconocida, o un episodio cualquiera de Cuentos de la Cripta.
No todos los vecindarios pueden tener un "amistoso Hombre Araña"
Desde la portada, Elia Bonetti hace un gran trabajo recreando el estilo de los cómics de terror de antaño; estilo que se mantendrá a través de la historia, pero en un ambiente contemporáneo. Al mismo tiempo, los colores, a cargo de Veronica Gandini, evocan un ambiente crudo y pardo, creando un mundo que se siente algo más real que un típico cómic de superhéroes.

Después de todo, esta historia no es la de un héroe, sino todo lo contrario. Desde la primera página es bastante claro que Patton Parnel no es la típica historia del adolescente destinado a ser heróico. El escritor, Clay McLeod Chapman, hace todo lo posible para hacer a Parnel lo más desagradable posible: es un sociópata solitario y sádico, incluso un pervertido. También desde el principio de la historia nos damos cuenta de que percibe al mundo como algo separado de su realidad, como parte de un gran laboratorio en el que los demás seres existen solo para ser observados y manipulados por él.
El origen de un monstruo
Toda la personalidad de Patton se establece antes de que ocurra el fatídico accidente. Pero no solo eso, sino que también podemos ver el ambiente en el que ha crecido y vive día a día, en la casa de su tio Ted. Y así como el tío Ben es la gran influencia y motivación de Peter Parker, el tío Ted ejercerá una infuencia y motivación muy distintas en Patton; a las cuáles este último responderá recíprocamente.
Desde los primeros páneles después del accidente - idéntico al que todos ya conocemos - es evidente que la transformación de Patton es muy distinta a la de Peter. Pero considerando en el tema de los tótems, y la predestinación que los rige a todos, podríamos preguntarnos si tal vez el tótem refleja la naturaleza del avatar, o si sólo es desafortunado que un ser tan desagradable como Patton se convierta en un monstruo.
¿Los villanos salvan el día?
Como en todas las historias anteriores del Spider-verse, podemos esperar la eventual inserción de un personaje del Multiverso. En este caso la familia de cazadores de tótems se adelanta a Spider-ock y su creciente grupo de aliados. Usualmente, esto significaría que la vida de un héroe arácnido peligra, pero en esta ocasión, no hay héroes, solo un monstruo que está ahí para detener a otro monstruo.
Durante toda la historia, el equipo creativo hace un gran trabajo en ligar el estilo de su historia con el gran escenario del Spider-verse. El terror y el gore se intensifican página con página, hasta chocar con el Spider-verse en un final crudo, violento, y satisfactorio. Justo hasta el epílogo, que en la tradición de la literatura de horror, nos hace ver que el horror no parece haber terminado aún. Así, Chapman nos da tal vez no a uno de los Spiderman más memorables, pero sí una de las mejores adaptaciones de la historia que ya todos conocemos.
Y los dejamos con la misma cuestión que el escritor plantea: No todos nacimos para ser héroes, ¿si obtuvieras habilidades superhumanas, las utilizarías para el bien?