Avengers: Endgame es un viaje épico y emocionante a través de todo el MCU, y un nuevo comienzo

Quizá no haya un solo elemento en el desarrollo de la trama de Avengers: Endgame que no haya sido considerado o previsto en una o varias de las teorías que se tejieron desde el final de Infinity War. Uno o dos, tal vez.
Como coronación de una saga que se extendió por más de 10 años y más de 20 películas, Endgame se encuentra en una posición en la que ninguna otra película estuvo, y que tal vez sea solamente comparable a una popular serie de televisión ( Game of Thrones, sin ir más lejos).
¿Si todo el mundo puede prever a grandes rasgos ciertas partes de la historia y los acontecimientos más relevantes, por qué resulta tan eficaz y satisfactoria? Pues por eso mismo. Parte del juego es la confirmación o negación de eventos imaginados, de desenlaces soñados. La otra parte es simplemente pasar un rato en ese universo, con esos personajes, acompañando su misión.
El encanto de la película reside exclusivamente en elementos que no serían posibles sin una historia serializada, narrada en capítulos a largo plazo, interconectados entre sí.
Pero en ese esquema, Endgame es la más excepcional de todas, aún cumpliendo con ciertas partes de la fórmula que Marvel ha perfeccionado y teniendo como protagonistas a personajes que ya conocemos tanto como los guionistas (de ahí las predicciones acertadas).
Las partes de la fórmula que no sigue son porque ni siquiera son necesarias. Infinity War ya había hecho la mitad del trabajo. La trama de Endgame es mucho más sencilla y directa —recuperar las Gemas del Infinito para revertir el daño, esencialmente— porque es la continuación de Infinity War (originalmente las dos iban a ser la parte 1 y 2 de la misma película), que tiene que resolver que lo que aquella dejó pendiente.
Y es excepcional porque tiene lo único que le había faltado al MCU hasta ahora: un cierre, una suerte de conclusión que realmente se siente como el fin de una etapa y el comienzo de otra. Y porque, también por primera vez, hay una amenaza de pérdida definitiva, no transitoria.
Un recorrido final por el MCU
Se suele hablar de fan service en términos despectivos. Ocurre cuando los creadores parecen preocuparse más por satisfacer lo que saben que el público desea, y lo priorizan por sobre la historia que pretenden contar, incluyendo elementos que no son orgánicos en ella.
Pero las películas de Marvel, y Endgame muy especialmente, hacen más difusa la definición.
Es imposible no pensar en fan service cuando varios de los eventos de la película habían sido presagiados o al menos imaginados, y el público en el cine los recibe, dependiendo del caso, con aplausos y festivas ovaciones o sin contener las lágrimas (esto último pasa mucho en Endgame).
Pero todos estos aspectos en Endgame están perfectamente integrados a la historia.
La historia de cómo los Vengadores sobrevivientes intentan alternativamente revertir la catástrofe de Thanos, superar todo y seguir hacia adelante, o recordar que lo que los hace verdaderamente fuertes es la unión y el compromiso.
Que no se malentienda: que no tenga grandes desenlaces inesperados o impredecibles, no la hacen predecible ni aburrida. Nada más lejos.
Con la intensidad de lo que está en juego, la historia es siempre atrapante, entretenida, y las tres horas se pasan muy rápido. Como siempre, alternando la más frenética acción con momentos de humor y otros íntimos y emotivos que lidian con las relaciones entre personajes, perfectamente calibrados.
El trabajo realizado por los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely es sencillamente asombroso. Un trabajo de relojería, en el que todas las piezas encajan a la perfección y cumplen diferentes funciones simultáneas, avanzan la trama, modifican el pasado o el futuro del MCU y deslizan guiños nostálgicos, referencias o easter eggs.
Endgame es, más que una película, una celebración, una fiesta, organizada por Marvel para sus fans, para conmemorar todo lo que hubo antes, todo lo que convirtió a esta película en un lanzamiento único e inédito de la cultura popular, y todo lo que vendrá.
Como toda fiesta, tiene sus momentos difíciles y termina en un tono agridulce, pero con la certeza de que se ha experimentado algo memorable.
Calificación de Avengers: Endgame: 8/10.
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