Con tan solo 15 años, Adrián González, hermano del volante de Monterrey, fue fichado para jugar en las inferiores de los Tuzos. Al juvenil lo persiguieron clubes de la MLS y de la segunda división de la Liga española.
Para el mediocampista de Monterrey, las destrezas con el balón, habilidades mentales, competencias de liderazgo y visión de campo, junto a la velocidad, son las mejores virtudes para conformar a una estrella del balompié.