Presiona aquí para reaccionar
ariadna: supongo que álvaro no sabe que calixto y usted tenían
contacto. y habían llegado
a las amenazas, ¿verdad? bárbara: no es momento
de platicar, es momento de encontrar ese bendito celular.
ariadna: ¿sabe qué? no vamos a mover un dedo más
hasta que nos diga a todas qué es lo que nos está
escondiendo. bárbara: [ríe]
uh, para eso sí se ponen de acuerdo, ¿verdad?
para exigirme que les cuente mis problemas.
¿qué creen? ¿que es fácil hablar así nomás?
dafne: es más difícil estar viviendo en peligro
por las cosas que usted esconde. gemma: ¿y si ese señor cuelga
los tenis? ¿saben qué problemota nos va
a meter a todas? bárbara: ya párenle, la verdad
es que calixto intentó chantajearme.
ariadna: ¿chantajearla con qué? con algo que él sabe
de la familia. dafne: ¿lo de gael?
gemma: ¿qué de gael? dafne: dígales, dígales que
gael es adoptado. ariadna: ¿adoptado?
¿si tú ya sabías, dafne, por qué no nos dijiste nada?
dafne: ¿por qué te lo tenía que decir?
gemma: híjole, miren, para lo que les conviene ustedes
calladita. usted y--
yo ya mejor me voy a quedar callada, ya no voy a decir nada.
bárbara: gael no sabe y no es papel de dafne, aunque lo haya
hecho ahorita, andar de boquifloja con semejante
intimidad. por eso les voy a pedir
que también se callen. no quiero que gael, mi hijo,
salga lastimado con todo esto. ariadna: ahora no solamente
somos cómplices de calixto, ahora también con este secreto.
usted también tenía que ser honesta con gael.
bárbara: te recuerdo que estamos buscando un celular.
no estamos aquí para poner en tela de juicio lo que hago
o dejo de hacer. a ver, ¿ya buscaste en esa
maceta? ya buscaron en el baño, tú
estabas buscando en el baño, pero no, claro, atolondrada