Univision2 Dic 2019 – 12:00 AM EST
juan carlos: gente bonita,
bellas personas,
damitas, caballeros,
mexicanos, pues,
los he reunido para pedirles
algo.
debido a los lamentables
y tristísimos acontecimientos
que nos embargan, ¿verdad?
quiero pedirles un favor.
todos somos empleados de este
gran emporio turístico,
¿no es cierto?
todos: sí.
juan carlos: pero también somos,
¿qué somos?
a usted que le gusta este juego,
¿qué somos?
fernando: ¿qué somos?
>> ¿recepcionistas?
juan carlos: no.
somos seres humanos.
todos: sí.
juan carlos: y también somos
solidarios, ¿verdad?
por eso quiero pedirles algo,
algo muy especial.
fernando: ¿qué?
¿qué nos va a pedir?
adriano: pero, mi amor, paola,
¿por qué te quedas callada?
paola: es que, adri, o sea,
tipo, dime ¿qué quieres
que te diga?
o sea...
adriano: no, está bien,
pero ¿es tan difícil decidir
si te quieres casar conmigo
o no?
paola: o sea, así como difícil,
difícil, pues no, "babe",
pero--ay, tú sabes que yo
te amo y mi máximo y así, guau,
todo, pero es que--
adriano: por lo menos dime
que lo vas a pensar.
paola: ok, ok.
adriano: mira, yo estoy
dispuesto a hablar con tu padre,
decirle de lo nuestro, decirle
que mis intenciones--
paola: no, cállate, cállate,
¿estás loco?
o sea, adri, esa es pésima
idea tuya.
adriano: ¿por qué?
puede que al principio
no esté de acuerdo, mi amor,
pero creo que va a entender.
paola: no, pero si alguien tiene
que hablar con mi papá, soy yo,
¿ok?
y ya después ya visto
cuando tú hablas con él.
adriano: está bien, está bien.
está bien, espérate, lo que tú
quieras, como tú quieras.
paola: ya me voy, ¿ok?
adriano: ¿a dónde vas?
paola: tengo mil cosas
que pensar.
luego hablamos, adri.
"bye".
plutarco: y aunque recientemente
sentí que ella ya no me amaba
igual, yo la seguía adorando
como al principio.
helena: yo creo que ella
también lo amaba, plutarco.
yo dudo mucho que lo haya dejado
de querer.
se la veía muy enamorada
de usted.
plutarco: helena,
tengo pruebas de que a ella
le interesaba otro hombre.
helena: ¿qué?
plutarco: esta tarjeta
estaba entre sus cosas.
samuel de la cava,
un novio que ella tuvo en la
universidad antes de conocerme.
helena: ay, pero esto
no significa nada.
a lo mejor se volvieron a
encontrar nada más como amigos.
plutarco: no, yo pienso
que se estuvieron viendo
a mis espaldas.
helena, le pido discreción,
por favor, no diga nada de esto.
helena: no, despreocúpese.
en mí tiene una amiga
discreta y leal.
puede contar conmigo
para lo que sea.
plutarco: no sabe usted cuánto
me ayudan sus palabras.
su presencia es un bálsamo
en estos momentos
de desesperación.
helena: ay, plutarco.
juan carlos: don pluti,
¿qué cree, don pluti?
¿qué cree?
vinimos a apoyarlo y a echarle
porras para levantarle el ánimo.
¿qué dicen?
porra, una, dos, tres.
todos: ♪ a la bim bom ba
a la bim bom ba
a la bio a la bao
a la bim bom ba
don pluti don pluti
ra ra ra ♪
santiago: plutarco, plutarco,
plutarco.
juan carlos: no, no.
>> aquí está su cafecito
y su tecito, señora.
eugenia: gracias.
me hubiera gustado ir
al funeral de antonia.
modesto: me parece que son
demasiados sepelios seguidos
para ti, eugenia.
eugenia: ya no voy a discutir
sobre la supuesta muerte
de juan carlos ¿y sabes por qué?
porque es inútil
tratar de convencerte
de lo contrario.
modesto: es que le di
nuestras condolencias a adriano
en nombre de los dos.
oye, pobre, estaba destrozado.
eugenia: estamos hechos de
la misma materia que los sueños.
shakespeare, modesto,
la tempestad.
modesto: ah, se me olvidaba,
te compré esto.
mira, abre, sorpresa.
eugenia: [resuella]
modesto: ya estarás
más tranquila, mujer.
eugenia: sí, ahora sólo falta
que hable juan carlos
para darle mi número
y que podamos estar comunicados.
muchas gracias, modesto.
modesto: de nada.
eugenia: lo quiero para que él
me llame, pero igual podrían
buscarme aquí los productores
de teatro, de cine,
de televisión.
tú sabes las ganas que tengo
de volver a actuar.
modesto: sí, tal vez algún día,
mujer.
eugenia: ¿por qué? ¿por qué
me obligaste a retirarme
de los escenarios
si era mi pasión?
modesto: era mejor así, eugenia.
eugenia: tal vez.
algún día voy a volver.
bueno, ¿cómo se prende
esta cosa?
¿y cuál es el número?
porque si no, ¿cómo se lo voy
a dar a juan carlos?
rebeca: ¿qué está haciendo aquí
la trepadora de helena?
¿dándote el pésame,
consolando al viudo?
plutarco: ella vino por su gusto
a darme sus condolencias,
ni modo que no le abriera
la puerta.
rebeca: pues, le agradeces
a la muy mustia y le cierras
la puerta en las narices.
plutarco: no soy maleducado,
soy un caballero.
rebeca: no te hagas el inocente
que no te queda.
es una lagartona
de ligas mayores.
si por ella fuera, sería
la señora de ramos arrieta,
pero se equivoca
porque la siguiente señora de
ramos arrieta soy yo, no ella.
plutarco: estás haciendo
una tormenta en un vaso de agua.
rebeca: tormenta tu abuela.
conmigo no estés jugando,
plutarco, porque te voy
a hacer daño.
plutarco: no me amenaces.
rebeca: acuérdate que
por las buenas estoy buenísima,
pero por las malas
soy malísima.
>> qué casota tan bonita.
>> y qué lujo.
>> miren qué ternura.
don plutarco le hizo un altar
a doña antonia.
lucía: qué pena contigo,
"princess", que te estoy dando
tanta lata, eso pensé
que mau pudo haber vuelto
ya y no sé.
>> todavía no regresa.
como te dije, el licenciado
sigue de viaje y no sabemos
cuándo va a volver.
pero yo le doy tu recado.
lucía: sí, y el de ayer también
porque ya se están juntando
varios, ¿eh?
y gracias, princess, qué linda.
ay, ay, ay.
casi, "pum", guau, casi, ¿no?
renato: casi.
lucía: ¿y tú trabajas aquí o?--
ay, no, visitante, mira,
mira, visitante.
renato: tengo una entrevista
aquí en recursos humanos.
tengo muchas ganas de trabajar
en esta empresa, pero todavía
no me resuelven nada.
lucía: ay, así son acá, así son.
fíjate, de repente traen
a uno así, a vuelta y vuelta,
pero ya tuviste tu cita,
eso es bueno.
a ver si tú y yo luego
somos compañeros de trabajo.
renato: ojalá.
lucía: sí, sí.
renato: aunque imagino
que estando aquí tú debes
de conocer muy bien
el movimiento de la empresa.
lucía: uy, sí, bueno,
"poquis, poquis".
es más, si quieres, te doy
un tour por todas las oficinas
porque ya ves que son
un laberinto.
aquí es una cosa terrible.
bueno, y así ya vas a saber
dónde está mi escritorio
para cuando, si te llaman, si
se te ofrece algo, yo te ayudo.
renato: pues, sí, me gustaría
mucho que me muestres
el resto de lo que pasa aquí
en grupo imperio,
pero antes déjame presentarme.
renato camargo, servidor.
lucía: lucía zárate,
tu guía de turistas
en grupo imperio.
sí...
juan carlos: ustedes saben
la gran amistad que nos unía
a mi mujercita bella y a mí.
puedo decir sin lugar a dudas
que antonia fue mi mejor amiga
y yo la suya.
no me dejarás mentir,
mi toñita hermosa.
es por eso y en su memoria
que estamos aquí mostrándole
nuestro apoyo a don pluti.
todos: [aplauden]
juan carlos: ya puedo decirle
que yo sé que la voluntad
de mi amiguita santísima
es que usted le guarde luto
y fidelidad toda su vida.
todos: [aplauden]
juan carlos: ya,
eso no es imposible.
como muestra basta un botón.
o sea, yo, que le guardo
luto y fidelidad a mi querido
belisario, mi amado y fiel
esposo que en gloria esté
junto a mi toñita.
por eso, don pluti,
yo lo conmino a seguir
mi ejemplo y así demostrarle
su inmenso amor a esa mujer
inolvidable y ejemplar
que en vida fue
doña antonia reyes.
guárdele luto eterno.
gracias.
[música]
[músic
rebeca: qué bellas palabra,
doña eva.
si permiten, a mí también
me gustaría decir algo.
yo también quise mucho
a la tony, así le decía
yo de cariño.
más que nada, con todo respeto,
compartimos oficina,
pláticas y muchas cosas más.
yo creo que la última voluntad
de tony hubiera sido ver
a su esposo feliz, dándose
una segunda oportunidad,
rehaciendo su vida
con otra mujer.
por supuesto, es imposible
que alguien la sustituya, claro,
porque ella era grande,
con un inmenso y enorme corazón
que no le cabía en el cuerpo.
yo sé que ella desearía
que su amado esposo volviera
a encontrar la felicidad.
ya aparecerá la mujer adecuada
para que don plutarco
pueda rehacer su vida.
a lo mejor esa mujer
está más cerca de
lo que el licenciado se imagina.
plutarco: gracias,
licenciada oropeza,
por sus palabras.
y si acaso esa mujer está cerca,
está más cerca
de lo que me imagino,
quizás algún día pueda
darme esa oportunidad.
todos: [aplauden]
juan carlos: ya, ya.
yo insisto, ¿verdad?
el mejor tributo que se
le pueda rendir a mi amiga
es lealtad y fidelidad.
[canta]
rebeca: tony era tan,
pero tan generosa
que estoy convencida de que ella
querría ver a su esposo
casado otra vez.
juan carlos: perdóneme,
pero discúlpeme, yo creo--
helena: yo creo que ya
deberíamos dejar descansar
a don plutarco y ya todos irnos
a nuestra casa también, ¿no?
santiago: yo me despido
de don plutarco.
fernando: ¿qué te vas
a despedir?
tienes que--
paola: o sea, si dices que no
hay problema de que venga
a tu casa así, de "sorpre",
no veo por qué estás así,
tan serio, babe.
¿qué tienes?
adriano: yo no estoy serio.
lo que pasa que saliste tan
repentinamente del restaurante
que, la verdad,
no pensaba verte hoy.
paola: no, pues yo tampoco,
pero es que moría de ganas
por estar contigo a solas, babe.
adriano: de verdad yo
también quiero estar contigo,
quiero estar cerca de ti,
quiero dormir contigo,
quiero platicar contigo.
paola: ¿y cómo de que quieres
platicar o qué?
adriano: no es por presionarte,
¿qué pensaste
de lo que hablamos?
paola: no, bueno, imagínate
si quisieras presionarme, ¿eh?
no manches, adriano,
me lo acabas de decir hoy.
adriano: por favor, yo lo único
que quiero que sepas
es que mis intenciones
para contigo son sinceras.
paola: sí, adriano,
eso ya lo sé.
adriano: no me hables así.
paola: equis, así hablo
siempre, ¿ok?
adriano: no es cierto.
paola: ah, ahora soy mentirosa.
adriano: por favor,
no seas niña.
paola: ah, ok, ahora soy niña.
adriano: no, pao, pao.
mira, lo único que quiero
es formar una familia contigo.
¿está bien?
desde que te pedí que nos
casáramos no sé qué te pasa,
parece que estás
enojada conmigo.
quiero saber qué es
lo que tienes.
paola: ya, adriano, ¿sabes qué?
neta, qué flojera.
o sea, estás muy intenso.
ay, luego hablamos.
adriano: pao, pao.
paola.
ambos: [gimen]
rebeca: cachito, los siete
enanos están acabando
con blancanieves.
qué bruto, mi amor,
así cualquiera amanece con
una sonrisa de oreja a oreja.
plutarco: si quieres, jugamos
a alibaba y los 40 ladrones.
rebeca: [ríe]
si no puedo con siete,
imagínate con 40.
no, no, mi amor,
déjame respirar.
¿por qué no le dices
a la muchacha que nos traiga
el desayuno a la cama?
plutarco: ¿estás loca?
la mandé a su pueblo.
nadie debe verte aquí,
ni ella ni nadie.
rebeca: ay, yo quería
mis waffles con miel de maple.
plutarco: pues, levántate
y haz para los dos.
rebeca: ¿yo?
ay, por favor, ¿estás loco?
la cocina para las chachas,
no para las princesas.
y te recuerdo que yo soy
blancanieves, no la cenicienta.
plutarco: ¿entonces no vamos
a desayunar o qué?
rebeca: claro que sí.
vas a hablar algún lado
para que nos traigan algo
"deli, deli".
ándale, cachito, ándale,
enanito, muévete, tengo hambre.
[timbre]
plutarco: no te muevas de aquí,
no salgas.
voy a ver quién es.
rebeca: ay, bueno, quienquiera
que sea, despáchalo pronto
para meternos a bañar juntitos,
cachito.
a lo mejor entonces sí jugamos
a los 40 ladrones.
plutarco: no te atrevas a salir.
rebeca: qué humor.
ay, cachito, hoy te perdono
todo, mi amor.
[música]
[música]
[teléfono]
paola: qué intenso adriano.
[teléfono]
jesús: paola, ya me voy.
suerte en la escuela.
paola: sí, pa, cuídate,
que te vaya bien.
jesús: ¿no vas a contestar?
paola: no.
jesús: ¿por qué?
paola: equis, pa, qué flojera.
jesús: oye, pero por lo menos
ve quién está hablando,
no seas maleducada.
¿qué tal que sea algo
importante, urgente?
paola: a ver, papá, yo sé
a quién le contesto
y a quién no, ¿ok?
ya, neta, no seas intenso.
jesús: paola--
paola: es bien temprano
para discutir, pa.
jesús: paola, ya.
paola: pa, neta, si quieres
discutir, vete con tu noviecita.
yo no estoy de humor.
estás de intenso...
vete a trabajar.
[teléfono]
jesús: ¿adriano?
>> usted tiene un nuevo
mensaje de voz.
[adriano] paola, perdóname
por lo que pasó anoche,
por favor.
me moría por hacerte
el amor como siempre,
pero la muerte de mi hermana
me tiene muy alterado.
mira, como sea, no quiero
que estemos distanciados.
¿qué te parece?
te espero en mi casa,
tengo una sorpresa para ti.
te prometo que no te vas
a arrepentir.
jesús: desgraciado,
desgraciado.
adriano: quise pasar a ver
cómo estabas, plutarco.
plutarco: pues, ya ves,
aquí, devastado, toda la noche
llorando y sintiendo este vacío
enorme que dejó antonia.
adriano: sí, comprendo.
yo no pude pegar el ojo.
¿cómo se nos fue a morir
si era tan joven,
tan llena de alegría,
con tantas ganas de vivir?
plutarco: ¿te diste cuenta
qué injusta es la vida?
precisamente cuando iba
recobrando su autoestima,
se iba realizando,
viene a pasar esa tragedia.
adriano: ¿te das cuenta,
plutarco?
ahora la única familia
que nos queda somos tú y yo.
plutarco: así es, cuñado.
nada más no tenemos
el uno al otro.
adriano: ¿sabes?
esto me ha hecho pensar
seriamente en formar
una familia.
antonia me insistía tanto...
y anoche me convencí
de cuánta razón tenía.
plutarco: cuñado,
no te precipites.
yo no te veo casado,
mucho menos con niños.
adriano: yo tampoco me veía,
pero ahora estoy considerándolo.
si no, me voy a morir solo,
plutarco.
plutarco: antes de que tomes
cualquier decisión, tómate
unas vacaciones, viaja un poco,
disfruta la vida,
conoce mujeres.
adriano: no tengo ganas de nada.
quiero guardarle luto
a mi hermana.
plutarco: y yo a mi esposa.
adriano: por cierto,
¿qué hiciste con sus cenizas?
plutarco: creo que las voy
a conservar conmigo, cuñado.
es lo que me queda
de mi amorcito.
no quisiera separarme
de ella nunca.
adriano: tómate la semana,
no vayas a la empresa.
cualquier cosa
que se te ofrezca, me llamas.
plutarco: muchas gracias,
adriano.
adriano: no te molestes,
conozco la salida.
contesta, paola, contesta.
rebeca: ay, ¿qué le pasa?
¿se pude saber quién era
que te tardaste tanto?
plutarco: adriano, mi cuñado.
te vas a trabajar ahorita,
blancanieves.
rebeca: ay, no, enanito.
no, no, qué flojera.
mejor nos quedamos aquí
a pecar hasta condenarnos.
plutarco: no, no, agarra
tus trapitos y te vas
a la oficina porque no podemos
levantar sospechas.
rebeca: cachito, no seas malo,
por un día que falte
no va a pasar nada.
además, a estas horas
el ambiente de esa empresa
debe ser el de una funeraria.
todo el mundo lloradera.
plutarco: y tú debes actuar
igual, con mucho sentimiento.
entiende, es por nuestro bien
y el de nuestra relación.
así que apúrate, vamos.
rebeca: ya, está bien,
me chocas.
ok, ahora voy a fingirle
dolor a la elefanta.
¿qué me ves?
sí, dije elefanta ¿y qué?
mastodonte, manatí.
plutarco: ya vete, vete.
rebeca: vaca.
paola: ¿neta?
jesús legarreta, por cortesía
se cierra la puerta.
papá, ¿oíste mi mensaje?
>> usted tiene un mensaje
escuchado.
[adriano] paola, perdóname
por lo que pasó anoche.
me moría por hacerte el amor--
paola: ay, no, papá.
jesús: ¿está en su oficina
adriano?
>> disculpe,
¿quién lo busca?
jesús: está en su oficina,
¿sí o no?
>> no sé, pero no puede
pasar a la oficina sin cita--
jesús: ¡adriano! ¡adriano!
no me voy a mover de aquí
hasta no ver a adriano.
así que escoja: o lo busca
usted o lo busco yo.
>> es que--
jesús: o usted o yo.
adriano: escuchen bien,
ahora lo importante es
diseñar una estrategia para--
jesús: ¡adriano! ¡adriano!
te estoy esperando--
adriano: pero ¿qué gritos
son esos?
pero ¿qué pasa?
¿qué está pasando aquí?
¿por qué esos gritos?
jesús, ¿qué pasa?
¿por qué esos gritos?
todos: [resuellan]
jesús: te voy a matar.
[música]
[música]
adriano: jesús,
baja esa pistola
antes de que--
jesús: te acostaste
con mi hija, adriano,
con mi hija.
eso no te lo voy a perdonar
nunca.
adriano: a ver, cálmate, jesús,
baja esa pistola.
va--vamos a hablar
como amigos en la oficina.
jesús: ¡tú no eres mi amigo!
si fueras mi amigo,
jamás te habrías acostado
con mi niña, jamás.
adriano: y--ya sé que paola
es tu hija, pero es
una mujer de 25 años.
jesús: ¿25?
20, adriano, 20.
adriano: ella me dijo--
jesús: ya sabías que era
mi hija.
te aprovechaste de ella.
tú no tienes respeto
por nada, por nadie.
y yo diciendo que tú
eras mi amigo...
adriano: no, no es lo que tú
piensas, jesús.
yo estoy enamorado de paola,
mis intenciones con ella
son serias.
jesús: tú nunca has querido
a nadie, a nadie.
eres un infeliz,
no mereces vivir.
juan carlos: ¿qué va a hacer?
¿qué va a hacer?
¿va a disparar?
ándele, dispare, pues,
dispare si se atreve.
a ver, dígame si se atreve.
ándele, dispare.
silvia: ya no se te ofrece
nada, ¿verdad?
eduardo: ¿sigues con esa necedad
de seguir estudiando?
silvia: sí, ya pronto
tengo mi examen.
eduardo: ya estás muy vieja
para eso.
además es una "perdedera"
de tiempo lo tuyo, de veras.
mejor deberías hacer algo
de provecho.
silvia: mira, eduardo,
no seré una jovencita,
pero todavía puedo terminar
la prepa, hacer una carrera
y luego conseguir un trabajo.
ay, no sabes qué ilusión tengo.
eduardo: pues, que se te vaya
quitando porque más bien
vas a tener que cuidarme
a mí por un buen tiempo.
no mejoro.
silvia: yo hago todo
lo que me pides y mandas.
no tienes queja de mí,
no abuses de tu condición.
eduardo: ¿cuál abuso?
es la verdad,
te guste o no te guste.
esa última ida al hospital
me dejó todo amolado.
me cayeron 10 años encima.
silvia: yo nomás digo que ojalá
no sea que estés usando
todo eso para retener a lalito
y chantajear a helena.
eduardo: no es ningún chantaje
y mi hijo se queda en esta casa,
les guste o no les guste.
silvia: te recuerdo que lalito
no es tu hijo, es tu nieto.
no confundas las cosas
con el pasado.
eduardo: este café está frío,
caliéntamelo.
¿qué esperas?
helena: señor de legarreta,
baje la pistola.
no vaya a hacer algo
de lo que después se pueda
arrepentir.
adriano: jesús, por el amor
de dios, entra en razón.
podemos hablar lo que tú
quieras, pero por favor
guarda esa pistola.
jesús: eres un cobarde, adriano.
juan carlos: ay, no sea
hipócrita, no venga
a reclamarle aquí a don adriano
lo mismo que hace usted.
jesús: perdón, señora,
¿de qué demonios habla?
yo a usted ni la conozco.
juan carlos: ay, pero yo sí
sé qué clase de tipo es usted.
el gran jesús legarreta
que busca mujeres
tanto o más jóvenes
que su propia hija,
dígame que no.
y se aprovecha de ellas,
por cierto, las enreda,
las deslumbra y cuando se cansa,
¿qué hace?
las bota como si fueran
menos que basura, fíjese.
usted es tan cobarde,
tan aprovechado y tan miserable
como aquí su gran amigo adriano.
adriano: óigame, eva,
por favor--
juan carlos: con todo respeto,
déjeme hablar.
los dos han cometido los mismos
errores, ninguno lo puede negar.
¿usted le reclama a él que ande
con su hija de 20 años?
¿que no se acuerda que usted
anduvo con una de 18
y antes que eso una que
ni siquiera era mayor de edad?
no se haga.
jesús: señora, por favor--
juan carlos: no, no, mujeres--
¿qué digo mujeres?
niñas a las que engañó,
se burló de ellas,
presumió con los amigos
cómo las manoseaba,
cómo se las llevaba a la cama
y después ¿qué?
las cambiaba por una más joven.
ah, no, perdón, como dicen
ustedes, una más nueva.
jesús: señora, yo no me metí
con la hija de mi amigo.
juan carlos: ah, claro,
las jóvenes con las que se metió
eran huérfanas, ¿no? ¿o qué?
¿cree que no tenían padre
o madre que les doliera ver
cómo usted las desnudaba
con la mirada?
ah, no, estamos cansadas, señor,
de qué tipo como ustedes
se sientan con el derecho
de meternos la mano,
de vernos el trasero,
de asomarse a nuestros escotes
y tratarnos como si fuéramos
objetos y no como seres humanos
con la inteligencia
y los sentimientos
que cada una de nosotras
tenemos, fíjese.
paola: ¿papá?
papá, ¿qué estás haciendo?
[música]
jesús: paola,
¿tú sientes algo por él?
adriano: paola, por favor,
dile a papá que tenemos
meses saliendo juntos,
que fuiste tú quien me buscó,
que al principio ninguno sabía
con quién estaba saliendo,
pero que ahora nos queremos.
por favor, díselo.
jesús: ¿es cierto, paola?
¿pensaban casarse?
paola: papá, yo ni muerta
me casaría con adriano.
tendría que estar loca para
andar con un viejo como él.
aguanté los osos de llevarlo
con mis amigos, de verlo
comportarse como un chavo
de mi edad, le soporté
los achaques, lo aburrido
y hasta sus estúpidas ganas
de casarse conmigo.
adriano: entonces ¿por qué
te acercaste a mí?
¿por qué hiciste todo eso?
paola: para darle una lección
a mi papá,
para que él viera lo ridículo
que se lo viejos con chavas
como yo, para que se olvide
de querer casarse con una chava
que podría ser mi hermana.
juan carlos: paola,
muy jovencita, ¿verdad?
pero bien que sabes
cómo hacerle daño a la gente.
paola: ¿yo por qué?
juan carlos: porque no fuiste
sincera con nadie, niña.
usaste a don adriano
para vengarte de tu papá.
lo mínimo que se merece
mi jefecito es
que te disculpes con él.
paola: yo nunca me voy
a disculpar con este vejete.
helena: a ver, ya basta.
yo creo que no tenemos por qué
estar ventilando la vida privada
de las personas enfrente
de toda la gente.
ninguno de nosotros tenemos
por qué estar aquí ya.
vámonos a trabajar
y que se arreglen ellos solos.
juan carlos: sí, es cierto.
helena: vámonos a trabajar.
juan carlos: vayan todos
a trabajar, váyanse.
helena: cada quien a su puesto.
juan carlos: pero cada quien--
helena: eva, usted también, ya.
adriano: paola,
yo sólo te quiero hacer
una última pregunta.
¿alguna vez me quisiste?
paola: nunca, adriano, nunca.
a la edad que tienen ya deberían
saber que si una chavita anda
con un viejo como ustedes,
es por interés
o por cualquier otro motivo,
pero nunca será por amor.
jesús: paola,
espérame en el coche.
quiero hablar con adriano.
adriano: creo que ya
no hay mucho de qué hablar,
jesús.
yo sólo quiero pedirte
un último favor.
por la amistad que hubo
entre nosotros, por favor,
dame ese tío que me ibas a dar
o si no, dime cómo le hago
para vivir con esta vergüenza.
helena: eva, ¿dónde tenía
la cabeza cuando se metió
en medio de esos dos hombres?
la pistola terminó
apuntándole a usted.
ay, no sabe el susto que me dio,
eva, qué pesada.
juan carlos: ay, qué brusca.
¿usted cree que soy mensa yo
o qué, licenciada?
yo tenía un ojo al gato
y otro al garabato.
mire, así, uno para acá
y otro para ella.
helena: ay, yo creo
todos teníamos miedo
de que pasara algo peor.
me dio tanta pena ver así
a don adriano.
juan carlos: ay, pues sí,
pero el amor así es, helena.
nos hace perder la cabeza
y hacer cosas que nunca
nos creímos capaces de hacer.
helena: a mí no me importaría
quedarme sola más años,
la verdad, pero sí creo
que algún día me gustaría
rehacer mi vida con alguien
y confiar otra vez en el amor.
juan carlos: ay, qué cosas
dice, helenita, por dios.
lo mejor es ser fiel,
como yo con mi difunto
belisario zuluaga,
a quien le voy a ser fiel
y leal hasta mi muerte.
helena: pues, no sabemos
qué pueda pasar con nosotras,
pero lo que yo tengo muy claro
es que si llega ese día,
está muy lejano todavía.
juan carlos: ay.
helena: ay, ahorita bastante
tengo con sacar a mi hijo
de casa de mi papá
y también llevarme a mi mamá
a vivir a mi mamá con nosotros
lo más pronto posible.
juan carlos: ay, dios,
¿y eso porqué o qué?
¿qué le pasa a doña chivis
o qué? ¿qué?
helena: ay, eva.
marcela: pues, yo no sé
a ustedes, pero a mí la verdad
me dolió mucho lo que le pasó
a don adriano.
rebeca: ay, para mí que se
merecía muy bien el teatrito
ese que le hicieron.
fernando: no, no, no.
esa niña se pasó de lista
con él.
pobrecito,
se aprovecharon de él.
santiago: a ver, ¿qué tal
que un señor de esa edad
quisiera andar con jennifer?
fernando: ¿sabes qué?
esto lo vamos--
marcela: no, no--
todos: [discuten]
juan carlos: póngase el saco,
ridículo.
mire nomás, todos aquí haciendo
leña del árbol caído,
pero qué vergüenza.
marcela: ay, tiene razón,
doña eva.
sí, es cierto, no tenemos
que estar hablando a espaldas
del licenciado.
está muy mal eso.
juan carlos: lo menos
que podemos hacer todos
es respetar a don adriano
evitando chismes, comentarios,
murmuraciones y habladurías
que pueden lastimar más
a ese pobre hombre,
que ya de por sí está
hecho pedazos.
rebeca: ay, eva
y sus discursitos.
juan carlos: ay, rebequita
y sus vestidos de leoparda.
cada quien lo suyo, chula.
y no se los pido porque se trate
de nuestro jefe, no, no,
sino porque don adriano
es un señor que a todos los
que estamos aquí nos ha apoyado
y todos tenemos mucho
que agradecerle ¿o no?
a ver, dígame que no
si se atreven, díganme.
[música]
[música]
[llaman a la puerta]
juan carlos: ¿se puede,
jefecito santo?
adriano: pase, eva maría.
me muero de la vergüenza
por lo que acaba de pasar.
no quiero que nadie me vea.
eva maría, gracias
por lo que hizo por mí.
juan carlos: no fue nada, jefe,
era lo mínimo.
y usted despreocúpese,
porque en esta empresa
no se vuelve a tocar ese tema.
no, no, no.
adriano: qué decepción de paola.
me usó.
yo nunca había sentido algo así,
tal vez porque nunca
me había enamorado.
juan carlos: es que, ¿sabe qué?
los golpes en el corazón
duran mucho más, ¿no?
pero créame que el tiempo
los alivia poco a poquito.
de lo único que no debemos
arrepentirnos es de amar,
aunque mal nos paguen.
adriano: usted no lo conoció,
pero me acuerdo que cuando
juan carlos me comunicó
que se había enamorado,
se excusó diciéndome que todo
lo había hecho por el amor
de una mujer.
yo me enojé, no le creí.
juan carlos: mire,
donde quiera que él esté,
el licenciado caballero
ya lo perdonó.
yo sé lo que le digo, ¿eh?
adriano: ¿cuándo iba a pensar
que el amor lo haría cometer
a uno tantas estupideces?
yo, un viejo ridículo,
cayendo en la trampa
de una chamaquita.
soy un reverendo imbécil.
juan carlos: no, no, no.
sólo fue un hombre enamorado,
don adriano, es lo que es,
así de facilito.
así como juan carlos, ¿verdad?
que actuó igual
movido por un gran amor.
yo fíjese que hasta dudaría
de tantas maledicencias
que se rumoran en contra de él.
adriano: juan carlos me defraudó
en nombre del amor,
no hay otra verdad que esa.
no lo justifico,
pero ahora entiendo
muchas cosas.
yo ojalá no vuelva a enamorar
en lo que me resta de vida.
juan carlos: oiga no,
no diga eso, ¿qué pasó?
al contrario, don adriano,
dese la oportunidad.
el amor es lo más bonito
de este mundo.
ya encontrará usted o una damita
con la cual pueda formar
una familia.
adriano: mi hermana
me lo dijo muchas veces,
que dejar de fijarme
en el físico, que tratara de ver
la esencia de una mujer y yo,
necio, dejándome llevar
por las curvas, por la edad,
por el cuerpo.
juan carlos: pero ¿sabe qué?
nunca es tarde para rectificar.
ahora puede hacerlo
y darle ese regalo
a su hermanita
que ahora está en el cielo.
don adriano,
vea a una mujer no con los ojos,
sino con el corazón.
adriano: eva maría,
muchas gracias por sus sabias
palabras, me da aliento.
es usted una gran mujer.
juan carlos: espérese.
ah--