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La depresión puede afectar el corazón

La depresión severa puede destruir silenciosamente el corazón aparentemente saludable de una mujer, determinó un estudio reciente.
10 Mar 2009 – 12:00 AM EDT
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Un equipo de investigadores del Centro Médico de la

Universidad de Columbia llegó a esta conclusión tras estudiar, entre

1992 y 2004, los casos de 63,469 mujeres que no tenían historial de

enfermedades cardíacas o apoplejías.Los médicos

saben desde hace tiempo que la depresión es común después de un ataque

cardíaco o una apoplejía y que empeora los resultados de esas

dolencias. Pero los investigadores reportaron el lunes nuevas

evidencias de que la depresión misma puede provocar enfermedades

cardíacas.Las mujeres con los síntomas más graves

de depresión o aquellas que tomaban antidepresivos tenían un mayor

riesgo de sufrir una muerte súbita cardíaca o una enfermedad coronaria

fatal.La probabilidad fue de más del doble en

aquellas que padecían una depresión clínica.Sin

embargo, explican los investigadores, el riesgo de muerte súbita estaba

más relacionado con el uso de antidepresivos que con los síntomas de la

depresión."No podemos decir que la medicación

antidepresiva fuera la causa de un mayor riesgo de muerte súbita

cardíaca. Más bien el uso de antidepresivos es un marcador de la

gravedad de la depresión", afirma el responsable de la investigación,

William Whang.Los científicos indican que es

necesaria una investigación más profunda para determinar si los

antidepresivos aumentan directamente el riesgo de padecer desórdenes

del ritmo cardíaco y que, en la actualidad, los beneficios de estos

tratamientos son mayores que el riesgo de muerte

súbita.El equipo no halló ningún tipo de relación

entre el uso de antidepresivos y enfermedades coronarias fatales o

ataques al corazón no fatales.Según los

investigadores, la relación entre depresión y enfermedad cardíaca puede

explicarse por el hecho de que los factores de riesgo -como una alta

presión sanguínea, diabetes, alto colesterol y tabaco- son más comunes

entre mujeres con graves síntomas depresivos.

Whang

apunta a la disfunción autónoma, al mayor ritmo de pulsaciones en

reposo y a una reducida variabilidad del ritmo cardíaco como

explicaciones plausibles de la relación entre depresión y muerte súbita

cardíaca.Los estudios de los antidepresivos más

nuevos y de mayor uso actual no han indicado hasta ahora un riesgo de

arritmia y algunos incluso han sugerido una protección, observó el

doctor Redford Williams de la Universidad de Duke, especialista en los

factores psicosociales que afectan la

salud.Williams dijo que la investigación apoya

evidencias crecientes de que la depresión es un factor de riesgo

independiente de la enfermedad cardíaca, además de los riesgos clásicos

de la hipertensión sanguínea, diabetes, colesterol elevado y

tabaquismo.El estudio a mujeres predominantemente

blancas podría subestimarla, advirtió Williams."El impacto sobre las

mujeres afroestadounidenses es probablemente mayor", dijo. Agregó que

es hora de efectuar un estudio para determinar si el tratamiento

adecuado de la depresión disminuye el riesgo.¿Por

qué la depresión tendría ese efecto? El estudio halló que mientras más

graves eran los síntomas de la depresión reportados, más probable era

que la mujer presentara los factores tradicionales de riesgo cardíaco.Asimismo, los factores de estrés como la depresión han sido vinculados

a efectos físicos como un mayor pulso cardíaco en

reposo.Quizás hay un motivo más directo: La

depresión puede hacer que la gente descuide más su

salud.Por cierto, la Asociación Cardíaca

Estadounidense (American Heart Association) recomendó el año pasado que

todos los que hubiesen padecido de enfermedad cardíaca se revisaran

regularmente por depresión, ya que los pacientes deprimidos pueden

omitir tomarse sus medicamentos, quedarse en espacios interiores en vez

de ejercitarse y alimentarse

inadecuadamente.

Por otro lado se informó que el

consumo abusivo de alcohol aumenta el riesgo de padecer una depresión

severa, pero ese desorden psiquiátrico no induce a los pacientes a la

ingesta excesiva de bebidas espirituosas, como se suele

creer.Ésas son las conclusiones de un estudio de la

Universidad de Otago (Nueva Zelanda) que apareció publicado hace poco en la

revista Archives of General Psychiatry.Hasta

ahora, diversas investigaciones epidemiológicas habían relacionado

depresión y dependencia alcohólica, pero no estaba claro si un desorden

conduce al otro o si existe un factor de riesgo común, ambiental o

genético.Tras llevar a cabo un estudio estadístico

con más de mil participantes, los investigadores descubrieron que

existe una relación unidireccional entre el consumo de alcohol y el

riesgo de padecer una depresión severa.A su vez,

descartaron una asociación entre la existencia de una depresión y el

posterior consumo abusivo de bebidas espirituosas: los científicos

descartan que las personas depresivas recurran al alcohol para

automedicarse.El equipo investigador estudió las

relaciones entre alcohol y depresión en 1,055 individuos nacidos en

1977 cuando éstos tenían de 17 a 18 años, de 20 a 21 y de 24 a 25

años.Entre los participantes que tenían de 17 a 18

años, un 19.4 por ciento presentaba problemas con el alcohol y un 18.2

por ciento padecía depresión severa.Cuando tenían

de 20 a 21 años el 22.4 por ciento de los individuos presentaba

desórdenes alcohólicos y el 18.2 por ciento

depresión.En el último tramo de edad, de 24 a 25

años, el 13.6 por ciento de los individuos tenía problemas con el

alcohol y el 13.8 por ciento padecía depresión.En

todas las edades estudiadas, el abuso de alcohol estaba relacionado con

un incremento del riesgo de sufrir depresión

severa.Los individuos con dependencia alcohólica

tenían una probabilidad 1.9 veces mayor de desarrollar una depresión

severa en comparación con los que no bebían.Los

investigadores destacan la asociación unidireccional entre abuso del

alcohol y depresión, que no existe en sentido

contrario.Los mecanismos subyacentes a la

activación de esta asociación no están claros, pero los investigadores

consideran que puede deberse a procesos genéticos en los que el alcohol

aumenta el riesgo de padecer depresión.El equipo

también apunta que la probabilidad de padecer una depresión es mayor

debido al estrés que sufre una persona alcohólica, que puede tener

problemas sociales, financieros e incluso legales.

Paralelamente, científicos de Estados Unidos han descubierto que las mujeres con

diabetes tienen un riesgo "significativamente mayor" que las sanas de

padecer una depresión durante el embarazo o tras el

parto.Así lo afirmó el mes pasado el equipo investigador de

la Escuela de Medicina de Harvard y del Centro de Ciudados Harvard Pilgrim, en

la publicación Journal of the American Medical Association

(JAMA).Según los científicos, del 10 al 12 por

ciento de las madres primerizas padecen una depresión durante el

periodo perinatal, que abarca desde los últimos meses del embarazo

hasta el año que sigue al nacimiento del bebé.Los

investigadores también indican que del 2 al 9 por ciento de los

embarazos se cursan con diabetes y que estudios anteriores han

demostrado una relación entre esa enfermedad y desórdenes depresivos en

la población adulta.Ahora, el equipo ha descubierto

que las mujeres con cualquier tipo de diabetes tienen un riesgo

significativamente mayor de padecer depresión durante el embarazo o

después del parto que el resto de madres.Para

llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos

clínicos de 11,024 mujeres que dieron a luz entre julio de 2004 y

septiembre de 2006 y que estuvieron vinculadas a Medicaid, un programa

de asistencia sanitaria destinado a personas de bajos ingresos, desde

seis meses antes del parto hasta un año después del

alumbramiento.Frente al 8.5 por ciento de las

mujeres sanas que padecieron depresión durante el embarazo, la cifra

subía al 15.2 por ciento en las diagnosticadas de

diabetes.La depresión posparto afectó a un 5.9 por

ciento de las mujeres sanas y a un 9.6 por ciento de las madres con

diabetes."El embarazo y el periodo posparto

constituyen una época de mayor vulnerabilidad a la depresión. Ese

desorden tratable está muy poco diagnosticado y es importante dirigir

los esfuerzos de apoyo y detección a las mujeres que tienen mayores

riesgos", explican los autores.

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