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Cómo manejar a Donald Trump, un presidente que miente sin vergüenza

¿Qué debe hacer la prensa frente a un Trump presidente que disemina teorías de conspiración, empuja noticias falsas y no sufre ninguna consecuencia, política o legal, al respecto? Aquí algunas claves.
29 Nov 2016 – 12:53 PM EST
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Trump asume el cargo el próximo 20 de enero. Crédito: Getty Images

En los días desde que ganó las elecciones Donald Trump ha lanzado falsedades a un ritmo sin precedentes para un presidente electo. Y los medios están tratando de entender cómo cubrir a un jefe de Estado que no le teme a mentir y ser atrapado en el intento.

El 17 de noviembre, tan solo nueve días después de la elección, Trump tuiteó que él había evitado que una fábrica de carros de Ford mudara sus operaciones a México, aunque Ford nunca lo había planeado. Más recientemente Trump tuiteó que "millones de personas votaron ilegalmente" en las elecciones que le dieron la victoria, aún cuando no hay ningun evidencia al respecto y tanto observadores gubernamentales como periodistas que monitorearon las elecciones han negado que haya habido fraude electoral a esa escala.

"No ha habido nada así hasta ahora en nuestra historia", le dijo Julian Zelizer, profesor de historia estadounidense y políticas públicas de la Universidad de Princeton, a Univision Noticias. "Hemos tenido presidentes que mienten, todos mienten, por supuesto. Lyndon B. Johnson mintió sobre Vietnam, Nixon sobre Watergate, Bill Clinton sobre Monica Lewinsky y George W. Bush sobre las armas de destrucción masivas (en Irak)", por nombrar algunos.

"La diferencia con este presidente electo es que no es que mienta sobre un solo tema, esto es parte de su retórica y los medios no están equipados ni preparados para cubrir a un presidente así".

Antes, dice Zelizer, mentir traía un costo político para candidatos y políticos. "Algo que los presidentes no querían era que los atraparan mintiendo. Esto no aplica aquí. A [Trump] no le importa".

De hecho, Zelizer dice que las mentiras "distraen de los temas más duros" y que "así fue como la campaña [de Trump] prosperó".

Preocupación bipartidista

Incluso algunos conservadores del país también se preocupan sobre "el nuevo umbral que hemos cruzado" hacia un nuevo sistema de manejo de información. "Básicamente hemos eliminado los árbitros, los guardianes de las puertas, no hay nadie", le dijo Charlie Sykes, un presentador de radio conservador, crítico de Trump, a Business Insider.

Los republicanos por años se esforzaron por desacreditar a la prensa y de pintarla como "engañosa y deshonesta", según Sykes, algunas veces con algo de razón. "Pero en el proceso, crearon un vacío que los traficantes de teorías de conspiración como Breitbart e Infowars han llenado y que Trump ha explotado".

Lo más perturbador de este nuevo panorama mediático, dice James Fallows en The Atlantic, es "que la versión más aguda de esto es el surgimiento de un presidente electo cuya naturaleza como mentiroso está más allá de lo que nuestras instituciones están diseñadas para manejar. Donald Trump o no puede distinguir entre la verdad y la mentira, o conoce la diferencia pero no le importa".

¿Quién puede hacer rendir cuentas a un presidente que miente constantemente?

Zelizer añade que para la prensa “no es posible movilizarse con cada declaración falsa”. Tampoco sería algo que pudieran manejar los tribunales de justicia. Llevarlo a juicio político ( impeachment en inglés) requeriría que Trump mintiera bajo juramento y que esto se pudiera probar, como fue el caso de Bill Clinton en 1998. En ese entonces, en una demanda por acoso sexual, Clinton juró no haber tenido relaciones sexuales extramaritales, lo que luego resultó no ser cierto.

En este caso, cuando son mentiras constantes de baja intensidad tendrían que entrar los gobernadores de cada estado y el Congreso y constantemente empujar, dijo el profesor de Princeton. “Esto se convertirá en una responsabilidad del Congreso: no solo la construcción de políticas sino también asegurar que se diga la verdad”.

Si las mentiras de Trump llegan a ser tan graves y constantes que se pueda comprobar que ponen en riesgo tangiblemente a la economía o vidas humanas esto "tendría que atacarse tema por tema", dice Zelizer. " Es muy difícil que los republicanos (quienes controlan el Congreso) vayan a liderar un esfuerzo de este tipo, entonces los demócratas tendrán que presionar hasta que quiebren a varios republicanos y se puedan armar comités selectos con propósitos específicos, como pasó con los casos de Irán-Contra y de Watergate. Pero eso no es fácil".

Más fácil y rápido sería que los medios le hagan rendir cuentas, dice Zelizer. Eso sin embargo no deja de ser un reto en el actual ecosistema mediático.

"No es como en los años 70 o 90, cuando había unos cuantos medios que controlaban las noticias. Ahora hay más espacio para esparcir información que no se chequea. Ahora los medios no pueden pararse a la entrada y chequear, porque los lectores están recibiendo sus noticias de miles de sitios web que cada vez se sienten más cómodos publicando estas mentiras" y cada vez tienen más seguidores, añadió Zelizer.

Mientras tanto, ¿cómo debe proseguir la prensa?

Un antiguo corresponsal de la Casa Blanca y jefe de la oficina en Washington D.C. de CNN, Frank Sesno, identificó los cuatro pilares de cómo cubrir a un presidente que constantemente se esfuerza en construir una realidad paralela: "Sea justo, sea implacable, enfóquese en la sustancia y sea un adversario respetuoso".

" Separe la noticia de la opinión... el reportaje implacable significa que los periodistas deben demostrar que tienen un poder de concentración que va más allá del último titular o el último insulto. Quédese con la historia". Sesno apunta a temas como el supuesto fin o restructuración de ObamaCare, tratados de comercio, compromisos internacionales sobre el cambio climático, regulaciones financieras, entre muchas otras.

"Los medios de noticias no se deben intimidar ni obsesionar con la grandilocuencia o con el récord" de Trump, escribió Sesno.

Otro punto clave es denunciar al presidente electo cuando diga una mentira y llamar a la mentira por su nombre.

Diferentes medios cubrieron de maneras distintas el tuit en el que Trump dijo que "millones de personas votaron ilegalmente". The Washington Post lo llamó una "aseveración falsa" y Los Angeles Times dijo que "Trump asevera falsamente", mientras que The New York Times dijo que "Trump asegura, sin evidencia". Fallows, de The Atlantic, señala al enfoque del Post y del LA Times como el indicado.

"El del Times es más convencional, pero también está 'normalizando' al sugerir que a Trump de hecho le importa si hay evidencia de lo que dice".

Así que mientras más cómodo parece estar Trump mintiendo, más cómoda tiene que estar la prensa denunciando sus mentiras.

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