Fin al baño de sangre en Sri Lanka
"Esta batalla ha alcanzado su amargo final", dijo en el comunicado el responsable de las relaciones internacionales de , Selvarasa Pathmanathan."Nos queda una sola opción, privar al enemigo de una última excusa para matar a nuestra gente. Hemos decidido silenciar nuestras armas. Lo único que lamentamos son las vidas perdidas y que no pudiéramos aguantar más tiempo", agregó el portavoz de la organización separatista.Poco antes, las fuerzas armadas habían asegurado haber "rescatado" a la totalidad de los "50,000 civiles rehenes" de los insurgentes. El presidente, Mahinda Rajapakse, había prometido el sábado que sus tropas habrían acabado con la rebelión este domingo.El portavoz del ejército, el general Udaya Nanayakkara, respondió que en realidad, los Tigres "habían sido derrotados hace tiempo, pero que sólo ahora habían aceptado formalmente su derrota"."Pelearon por un Eelam que no podían haber conseguido nunca. Ha sido solamente una pérdida de vidas", afirmó el portavoz.El general Nanayakkara dijo que el ejército estaba conquistando "cada centímetro de territorio que ocuparon" los Tigres.La guerrilla más temible del mundo, fundada en 1972 por Velupillai Prabhakaran, que es todavía su lider y del que no hay rastro tras la rendición, según declaró el Ministerio de Defensa este domingo, luchaba por instaurar un Estado separado en el norte y el este de Sri Lanka.Hasta 2006, controlaba un tercio de los 65,000 km2 de esta isla del océano Índico.El domingo, el LTTE estaba acorralado en un rectángulo de jungla de "400 metros por 600 metros" en el noreste, según el Ministerio de Defensa."Más de 50.000 personas salieron del área en los últimos tres días. Lo que significa que rescatamos a todos los civiles utilizados como escudos humanos por los Tigres tamiles", se congratuló Nanayakkara.
Desde hace varias semanas, Sri Lanka aseguraba que los Tigres
retenían como "rehenes" a entre 15,000 y 20,000 civiles. La ONU
calculaba que 50,000 personas seguían atrapadas, después de que 115.000
habitantes tamiles hubieran huido de la zona de combate desde finales
de abril.Los rebeldes están "militarmente derrotados", había
afirmado el sábado el presidente nacionalista srilanqués, artífice
desde hace tres años, junto a su hermano Gotabhaya, el ministro de
Defensa, de una guerra extrema.En 37 años, el conflicto dejó más
de 70,000 muertos. La ONU considera que 6,500 civiles murieron en el
noreste entre fines de enero y mediados de abril.La brutalidad de la ofensiva "final" del ejército valió a Colombo muchas críticas de la comunidad internacional.El
primer ministro británico, Gordon Brown, había advirtido a Sri Lanka
que sus acciones tendrían "consecuencias". Londres se declaró favorable
a una investigación por "crímenes de guerra", tanto sobre el ejército
como sobre los Tigres.Los Tigres acusaron al ejército de haber
asesinado a miles de civiles estos últimos días. Colombo replicó que la
guerrilla había disparado sobre estos "escudos humanos".Pero no
se podía conseguir ninguna información independiente de esa región
totalmente aislada del resto del mundo, a la que solamente el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR), que habló de "catástrofe
humanitaria inimaginable", tiene acceso.El papa Benedicto XVI
lanzó este domingo un "llamamiento urgente" a los beligerantes para que
"permitan la evacuación" de los civiles.Por primera vez, el
Consejo de Seguridad de la ONU había exhortado a los beligerantes a
proteger la vida de los civiles. El secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon, envió el sábado a Sri Lanka su jefe de gabinete, Vijay Nambiar.La
isla, con 20 millones de habitantes (entre los cuales 74% de cingaleses
y 12,5% de tamiles) fue colonizada durante casi 450 años por los
europeos. En nombre de su soberanía, Colombo, que cuenta con el apoyo
de China, Japón y Rusia, rechazó todas las exhortaciones de los países
occidentales.