Todos contra Trump en inmigración

A Donald Trump le salió una inesperadamente dura oposición a sus planes migratorios entre sus propios colegas, en medio del cuarto debate republicano realizado este martes en un teatro de Milwaukee, Wisconsin.
Los candidatos republicanos a la nominación presidencial se dedicaron dos horas este martes a hablar –con tiempo y a sus anchas- de la economía, sus problemas y las soluciones que planean poner en práctica cuando lleguen a la Casa Blanca
Cuando de economía se trata, los 11 millones de trabajadores indocumentados que se estima que viven en EE.UU. representan una fuerza laboral importante.
Lo notable en este caso es que sirvió para diferenciar al magnate inmobiliario del resto del grupo y para evidenciar que a algunos republicanos les preocupa el efecto que pueda tener esa retórica entre los votantes hispanos.
“Día grandioso”
Todo empezó cuando Trump, ante una pregunta de los moderadores, dijo que el lunes había sido "un día grandioso" porque una corte de apelaciones de Nueva Orleans mantuvo una suspensión contra un decreto del presidente Barack Obama que busca proteger de la deportación a 5 millones de inmigrantes indocumentados.
"Fue un día grandioso. Debemos frenar la inmigración ilegal. Nos está golpeando económicamente, desde todo punto de vista, nos está causando tremendas dificultades en lo referente a las drogas", dijo el empresario reiterando comentarios que han irritado a la comunidad de inmigrantes, especialmente a la hispana, en Estados Unidos.
"Somos un país de leyes. Necesitamos las fronteras. Tendremos un muro, el muro será construido, será exitoso, y si crees que los muros no funcionan solo tienes que preguntarle a Israel", agregó durante el debate organizado por la cadena de televisión Fox Business.
“Inmaduro” e “imposible”
En junio pasado, el político-empresario desató una ola de críticas cuando dijo que parte de los inmigrantes mexicanos son unos "violadores" y "criminales".
También prometió construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México -por el que haría pagar al gobierno mexicano- y expulsar a los 11.3 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
Aunque no son propuestas nuevas, esta vez, a diferencia de los tres debates previos, Trump fue enfrentado por el gobernador John Kasich y el exgobernador de Florida Jeb Bush.
Kasich respondió a la “alegría” expresada por Trump que esas propuestas son "inmaduras" e "imposibles" de poner en práctica.
"Piensen en las familias, piensen en los niños. Si han estado indocumentados, que paguen una penalidad, se pueden quedar y protegemos la frontera (...) Pero todos sabemos que no podemos tomarlos y sacarlos, es un argumento chistoso, no es un argumento adulto", dijo el gobernador de Ohio.
En esa misma línea, el exgobernador de Florida Jeb Bush dijo que la deportación de los 11.3 millones de indocumentados: "No es posible. Con esto no honramos los valores estadounidenses. Despedazará comunidades".
"Lo que tenemos que hacer es permitir que las personas obtengan un estatus de legalidad, que paguen una multa, trabajen, no cometan crímenes, aprendan inglés, y en un periodo de tiempo obtengan un estatus de legalidad", esbozó Bush.
El silencio de Rubio
“No tenemos elección. No tenemos elección”, se defendió Trump, comparando sus propuestas con prácticas de deportación llevadas a cabo por el gobierno de Dwight Eisenhower en los años 50.
Pero Bush advirtió que la retórica del empresario está beneficiando a la campaña de la candidata demócrata, Hillary Clinton, que se estaría beneficiando de la huida de votantes hispanos del llamado Gran Viejo Partido.
“Ellos se están dando palmadas en la campaña de Clinton ahora mismo cuando escuchan esto”, aseguró Bush.
La pérdida del voto hispano es considerada una de las causas de la derrota republicana en 2012 y precisamente una de las áreas que el partido se propuso trabajar para las elecciones de 2016, por lo que la retórica de Trump es considerada “ilógica” por algunos analistas.
También fue notorio que el senador Marco Rubio, promotor de un fallido plan de reforma migratoria en 2013, hijo de inmigrantes cubanos, no aprovechará la oportunidad para aclarar él sus diferencias con el magnate. La promoción de aquel proyecto de ley que murió en la Cámara de Representantes es un lastre para Rubio, a quien algunos republicanos han presentado como favorable a darle una amnistía a los indocumentados. Recientemente, Trump cuestionó el historial del joven senador, a quien ha calificado de “débil” en materia migratoria.
Pero un indicativo de hasta qué punto las ideas de Trump no terminan de convencer a grandes sectores de su partido la da el débil aplauso que recibió cuando trató de defenderse de los señalamientos de sus contrincantes. Bush y Kashic despertaron mayor entusiasmo con sus argumentos entre los presentes.