Ucrania sigue reconquistando territorio "anexado" por Putin
Los eventos con los que Vladimir Putin celebró el fin de semana en Moscú la anexión de cuatro territorios ucranianos ha chocado frontalmente con la realidad de sus tropas en el terreno.
En las últimas horas se han retirado ante el avance de las fuerzas ucranianas sobre extensas áreas que el propio presidente Putin había dicho que serían rusos "para siempre".
Y este lunes, más malas noticias para el mandatario ruso: militares ucranianos siguen recuperando terreno que supuestamente se ha anexionado Rusia. Según Kiev y observadores extranjeros, las tropas locales han continuado avanzando sobre la estratégica región sureña de Jersón.
El éxito de los soldados ucranianos en el terreno ha venido acompañados en paralelo de la solicitud de incoporación urgente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con que el presidente Volodymyr Zelensky respondió a la pretendida anexión rusa de cuatro de sus provincias.
Los líderes de nueve países europeos de la OTAN, en la que rige el principio de defensa mutua, se expresaron a favor de una petición a la que tendrán que dar su visto bueno los 30 miembros de la alianza.
Eso, unido a las amenazas de Putin de recurrir a su arsenal atómico para defender Rusia y a la advertencia lanzada la semana pasada de que su doctrina nuclear se extenderá a los territorios incorporados, pone al conflicto de Ucrania al borde de un nuevo y peligroso escenario: ¿cómo puede responder Putin ante tantos aprietos?
Los ucranianos avanzan en la región de Jersón
Jersón es una de las cuatro regiones que pretende anexionarse Moscú después de los dudosos referendos de la semana pasada. Este lunes y martes, el Legislativo ruso busca consumar el proceso.
La zona ha sido uno de los campos de batalla más duros para los ucranianos. Allí, las operaciones ofensivas ucranianas habían sido más lentas que las del noreste. Lo abierto del terreno los expone al fuego de artillería y los ataques aéreos rusos.
Pero incluso en esa región comienzan a reportar avances. Llevan desde el verano impulsando su contraofensiva en la región, golpeando implacablemente las líneas de suministro rusas con los lanzacohetes múltiples HIMARS facilitados por EEUU. Y parece que empiezan a cosechar lo sembrado.
Kirill Stremousov, cabeza de región de Jersón instalado por Rusia, admitió en una declaración en video que las fuerzas ucranianas “han penetrado un poco más”. Sin embargo, insistió en que “todo está bajo control” y que el “sistema de defensa de Rusia está funcionando” en la región.
Visegrad 24, un agregador de noticias de Europa central y del este, publicó un mapa que ilustra la estrategia ucraniana, que está haciendo una pinza para rodear y atrapar a los soldados rusos.
Ben Hodges, antiguo comandante general del Ejército de EEUU en Europa, comentó el mapa en Twitter afirmando que había quedado "impresionado" por lo metódicos que eran "preparando las condiciones alrededor de Jersón antes de atacar".
"Bueno uso del terreno/río, fuego de precisión de largo alcance... todo mientras fijan a los rusos para que no puedan escapar o ir a ayudar a otra parte".
En EEUU, el exdirector de la CIA David Petraeus le dijo a ABC News que " la realidad que enfrenta Putin en el campo de batalla es irreversible". "Rusia no puede ganar y ya no puede hacer nada (...) Ucrania tiene en el terreno un ejército mayor y más efectivo", agregó.
"No hay movilización caótica, anexiones ni velada amenaza nuclear que pueda sacar a Putin de esta situación", dijo al tiempo que afirmó que ni siquiera "el uso de armas nucleares tácticas" va a cambiar el destino de la guerra.
Así que, para Petraeus, en algún momento debe comenzar algún tipo de negociación. El general retirado comentó que, en el lado de Zelensky, la cuestión va a ser qué busca hacer con Crimea y las partes del Donbas controladas por separatistas prorusos 2014.
Los halcones rusos critican al gobierno
Está por ver si se cumple la predicción de negociación forzada de Petraeus o si Moscú reacciona de otra manera ante el empuje ucraniano. La semana pasada ya el canciller ruso, Serguéi Lavrov, había advertido que su doctrina nuclear se extenderá a todos los territorios incorporados “como establece la Constitución”. “Es completamente natural”, dijo desde Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de la ONU.
En Rusia, se ha visto cómo se resquebraja el coro previamente armonioso de los medios rusos que habían estado transmitiendo el mensaje del Kremlin desde el comienzo de la “operación especial”: todo va según lo planeado.
Quienes en su momento defendieron a la cúpula militar incluso tras el fracaso en su intento de conquistar Kiev en pocos días, ahora lanzan críticas abiertamente y en términos que hasta hace poco eran inconcebibles.
Expertos de los medios, analistas, blogueros y funcionarios tachan lo que sucede de “preocupante", "una traición", "deprimente”. Los humillantes reveses sufridos por sus tropas en el terreno han desatado la ira de los halcones rusos.
Tanto así que el Kremlin incluso lanzó una advertencia para frenar estos “excesos” recordando que la ley castiga a quienes desacrediten el ejército. "La línea es muy, muy delgada, hay que tener mucho cuidado aquí", dijo la semana pasada el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Pero estas voces discordantes lejos de oponerse a la invasión de Ucrania están llamando al uso de métodos más duros. Y da la impresión por lo visto en el terreno que eso solo sería posible para Rusia recurriendo a las armas nucleares tácticas (las menos potentes y de menor alcance que las estratégicas).
Así fue que líder checheno Ramzan Kadyrov llegó a afirmar el sábado que Rusia debería considerar usar su arsenal nuclear. “En mi opnión, debería tomarse medidas más drásticas, la declaración de la ley marcial en zonas fronterizas y usarse armas nucleares de baja intensidad”, dijo en su canal de Telegram.
Este lunes, Peskov desestimó el llamamiento. “Es un momento muy emocional”, justificó. “En nuestro país el uso de armas nucleares se da solo de acuerdo con las bases de lo que establece la doctrina relevante”.
Pero el gobierno de EEUU no descarta que la presión interna por los fracasos en el campo de batalla lleven a Putin a recurrir a las armas nucleares. “Ya tomó la irresponsable decisión de invadir Ucrania, podría tomar otra”, le dijo a CNN el secretario de Defensa, Lloyd Austin.
Por su parte, H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional del expresidente Donald Trump, dijo también el domingo que Putin está “bajo una presión extrema” y que el mensaje de la Casa Blanca debería ser: “Si usas un arma nuclear, es un arma suicida. Y la respuesta de la OTAN y EEUU no tiene que ser nuclear”, dijo en CBS.
De la lucha contra Occidente a la guerra contra la OTAN
Mientras el domingo Zelensky hablaba de la reciente liberación de Lyman (Donetsk), la maquinaria propagandística rusa se ponía en marcha con una nueva explicación para las recientes derrotas, ya que parece evidente que nadie se cree la explicación inicial del “reagrupamiento táctico”.
El noticiero estrella del domingo, en el que por otro lado no se trató de Lyman, según el diario The New York Times, incluyó entrevistas con soldados que aseguraron se habían visto obligados a retroceder porque se enfrentaban a fuerzas de la OTAN.
“Estos no son juguetes ya, son parte de una clara y sistemática ofensiva del ejército y las fuerzas de la OTAN”, dijo uno de los militares, que aseguró haber interceptado comunicaciones de soldados hablando en rumano y polaco.
“ La OTAN y sus mercenarios están combatiendo contra nosotros, por un periodo largo ya”, agregó.
Hasta ahora, que Rusia no se enfrentaba solo a Ucrania sino más bien a Occidente (encarnado en la OTAN) era más bien parte de la retórica de Putin y sus aliados para justificar la invasión.
Pero la OTAN, que ha insistido en su apoyo a Ucrania, desde el inicio de la invasión había puesto en el envío de soldados al terreno una especie de línea roja que no cruzaría por el riesgo de que eso pudiera provocar una escalada que derive en un enfrentamiento directo con Rusia.
A juzgar por las entrevistas emitidas el domingo, el oficialismo ruso ya difunde en su población la idea de que la alianza atlántica cruzó esa línea. La cuestión entonces es si se trata de un reporte periodístico aislado o del inicio de una campaña que puede llegar a tener consecuencias muy peligrosas.