El parque de aguas termales abandonado donde el narco cavó una fosa y enterró a 23 víctimas
‘Los Negritos’ era un lugar turístico de Michoacán al que llegaban cientos de visitantes para descansar en sus aguas termales. Pero la guerra sinfín entre narcotraficantes y el gobierno espantó a los clientes y el lugar quedó abandonado. Se cree que desde 2012 lo convirtieron en un cementerio clandestino.
Hasta hace un mes, un grupo conformado por militares, policías, fiscales y miembros de colectivos que buscan desaparecidos entraron al predio para comenzar las excavaciones. Al momento han encontrado 23 restos humanos, pero temen que haya cientos por el tiempo que allí operaron los narcos.
La Fiscalía de Michoacán ha logrado identificar a ocho víctimas, seis hombres y dos mujeres. Tenían entre 16 y 60 años. Para saber sus nombres, las autoridades se basaron en peritajes genéticos, dentaduras y la ropa con la que fueron sepultados.
Las autopsias revelaron la saña con la que estas personas fueron asesinadas: “unas víctimas murieron por disparo de proyectil de arma de fuego, otras por mutilación y una por traumatismo craneoencefálico”, describe la Fiscalía en un comunicado de prensa.
En otros casos ha sido difícil determinar la causa de muerte por las condiciones de los restos. Se cree que unos cadáveres llevaban seis meses en la fosa, pero algunos fueron enterrados tres años antes.
“De manera paralela se han intensificado jornadas de toma de muestras biológicas a familiares de personas desaparecidas para obtener perfil genético y hacer comparativos con los restos localizados”, indicó la Fiscalía estatal en el comunicado.
“Además, se ha realizado exposición de secuencias gráficas para la posible identificación de víctimas, a través de sus prendas, trabajos dentales, tatuajes o cicatrices”, agrega.
Tanto la Fiscalía estatal, como la nacional, investigan cada desaparición por separado para determinar quién o quiénes fueron los responsables y que “estos hechos no queden impunes”, señalan.
Michoacán es uno de los estados mexicanos más golpeados por la violencia del narco. Medios locales reportan que la zona donde se localiza el parque ‘Los Negritos’ se ha tornado incluso más peligrosa porque dos células del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) pelean entre sí y una de estas, a su vez, protagoniza una guerra contra la organización criminal Carteles Unidos.
Como en el resto del país, en Michoacán salen a la luz fosas clandestinas cada determinado tiempo. En abril, al menos 11 cuerpos enterrados fueron localizados en el municipio de José Sixto Verduzco, cerca de los límites con el estado de Guanajuato. A principios de 2020 localizaron 24 cuerpos, de 19 hombres y cinco mujeres, quienes tenían entre 20 y 40 años, en un predio en Coeneo.
Lo que pasa en Michoacán es solo una muestra de la crisis de inseguridad que padece México desde que en 2006 se lanzó la guerra contra el narco. Dos sexenios después se estima que se ha alcanzado un récord de 100,000 desaparecidos. Baja California, Sonora, Veracruz, Guerrero, Guanajuato y varios otros estados tratan de identificar restos encontrados en estos sitios de exterminio.
El Cartel de Jalisco, uno de tantos responsables de engrosar esa cifra macabra, lanzó hace unos días un video en el que aparentemente pide a sus enemigos dejar de atacar a ministros religiosos, esto luego del asesinato de dos sacerdotes en Chihuahua.
“Que la guerra sea entre nosotros y no meternos con quien nos debemos meter. No meternos con ninguna religión ni sus pastores o seguidores, especialmente con los católicos. No molestar a los sacerdotes como se ha estado viendo últimamente”, lee un hombre un mensaje supuestamente dictado por el jefe del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’.
“Ellos se merecen un respeto especial. Son personas que únicamente se dedican a dar la palabra de Dios”, agrega.
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