"Esto es de Satanás": una mujer acosa y le echa agua bendita a una pareja gay que estaba abrazada cerca de una iglesia
Una mujer llamó al servicio de emergencia para reportar los “actos inmorales” de una pareja gay que estaba abrazada en las afueras de una iglesia.
El reproche a la pareja fue a más cuando la mujer sacó un pequeño bote y comenzó a rociarlos con lo que aparentemente era agua bendita, contó Excelsior.
El suceso, ocurrido en las inmediaciones del Templo del Carmen en Toluca, Estado de México, fue captado en video, gracias a una persona que se acercó a increpar a la señora y que después compartió la grabación en redes sociales.
“Malo es robar”
Al ver que la mujer increpaba a la pareja, la persona que grabó todo con su celular se acercó para pedirle que los dejara en paz, mientras ella les decía que se fueran a un hotel o a un jardín a abrazarse.
“No están haciendo nada malo, solo están sentados ahí; malo es robar”, se escucha decirle a la mujer, que momentos después saca su teléfono celular con el que aparentemente llamó a los servicios de emergencias.
En la llamada, la mujer se queja de que la pareja no se quería ir de ese lugar “sacro” por lo que pedía ayuda para obligarlos a desalojar las escaleras ubicadas en las inmediaciones del templo.
“Han de ser migrantes”
Luego de que, al parecer, las autoridades le explicaran a la mujer que no podían ir a retirar a la pareja, la mujer se quejó al teléfono y cuestionó si ellos podían estar allí haciendo “sus actos inmorales” cerca del templo.
“No se ha aprobado la ley. Yo soy de provida y no se ha aprobado, porque hemos estado luchando contra eso; esto es de Satanás”, dijo la mujer.
Al ver que su queja no tenía el efecto que ella esperaba, entonces optó por decir que la pareja no era mexicana. “Han de ser migrantes (…) vienen de otros países depravados a enseñarle inmoralidad a la juventud de aquí”, dijo.
La pareja aseguró que reportó los actos de discriminación sufridos ante las autoridades, luego de asegurar que solo estaban sentados en las inmediaciones de la iglesia.
“Estoy con mi pareja, abrazándonos. Creo que no es ningún acto moral”, dijo uno de ellos.
