Las abejas ayudan a enfrentar el cáncer de mama: te contamos qué descubrió la ciencia
El veneno de abeja podría ser un nuevo aliado de la medicina en la lucha contra el cáncer de mama y reducir los efectos negativos de tratamientos agresivos.
El cáncer en el cuerpo se propaga a través de las células infectadas que se encargan de afectar a otras células sanas.
Es por eso que los tratamientos contra el cáncer suelen tener efectos secundarios agresivos, pues los medicamentos no distinguen entre células infectadas y sanas.
En el caso del cáncer de mama, algunas mujeres padecen HER2 positivo, el cual es un tipo de infección en el que las huéspedes tienen niveles altos de la proteína HER2, que promueve la propagación de la infección rápidamente.
Existen tratamientos para el cáncer HER2, pero son muy agresivos y es un cáncer difícil de controlar porque las células se infectan muy rápido.
Hay otro tipo de cáncer de mama llamado triple negativo, que padecen entre el 10% y 20% de todos los casos de cáncer de mama y el cual no responde a ningún tratamiento hormonal.
Una investigación del Instituto Harry Perkins comprobó que el veneno de abeja tiene un ingrediente activo que, en combinación con los medicamentos de quimioterapia, ayuda a frenar el crecimiento del cáncer de mama HER2 y triple negativo.
El estudio descubrió que la melitina, compuesto del veneno, es capaz de identificar las células infectadas y encapsularlas para evitar que contaminen a células sanas y frenar la propagación.
Al entrar en contacto con la superficie celular, el veneno bloquea las vías de crecimiento y reproducción del cáncer. Además, la melitina crea poros que inducen la muerte celular.
Según la investigadora, los efectos del veneno de abeja han sido estudiados desde 1950, cuando se descubrió que tenía efectos positivos en la eliminación de tumores en plantas.
En las últimas dos décadas, ha aumentado el interés de la ciencia por determinar el efecto del veneno en tumores cancerígenos.
Aunque existen 20 mil especies de abejas, Duffy comparó los efectos del veneno de la abeja de Perth con otras poblaciones, como las abejas irlandesas e inglesas.
Mientras que las especies de Australia, Irlanda e Inglaterra tienen efectos similares, no sucede lo mismo con el veneno de abejorro que no tuvo eficacia incluso en concentraciones muy altas.
Además de descubrir que el ingrediente activo del veneno ayuda a frenar el crecimiento del cáncer, la investigadora logró diseñar el compuesto para encontrar una mejor orientación hacia las células cancerígenas.
La investigación fue realizada en modelos de ratón y líneas celulares infectadas aisladas, por lo tanto, todavía no hay manera de comprobar si el tratamiento funcionaría en humanas.
Sin embargo, la investigación seguirá en curso para determinar el potencial del veneno de abeja y su posible aplicación en tratamientos contra el cáncer.
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