9 cosas que sólo entenderás si te tocó ser el hermano de en medio
Crecer con hermanos puede ser algo complicado, pero muy divertido. De acuerdo con los expertos en psicología, la personalidad de alguien puede verse influenciada por su lugar dentro de la familia.
Si a ti te tocó ser el hermano de en medio, probablemente te identificarás con estas 9 situaciones.
#1 Se te considera como una persona tranquila
Ser el hijo de en medio muchas veces significa ser el mediador de las peleas entre los hermanos. Gracias a eso, adquiriste la virtud de la paciencia. Además, un estudio publicado en The Journal of Human Resources indica que los descendientes intermedios son también los más tranquilos.
#2 A veces eras olvidado por tus papás
Tu posición te hizo acostumbrarte a ver como tus papás lidiaban con la rebeldía de tu hermano mayor y la inmadurez del menor. Tú pocas veces dabas problemas, lo que hacía que tu familia se olvidara de ti en ocasiones.
#3 Aprendiste a compartir
Rara vez tuviste la oportunidad de disfrutar de un juguete nuevo o de ropa sin estrenar, pues heredabas las cosas que pertenecieron a tu hermano o hermana mayor. Además, tus padres te obligaban a prestarle tus objetos más preciados a los menores. Ambas cuestiones te enseñaron a compartir sin refutar.
#4 Eres muy independiente
No ser el centro de atención para tus papás ocasionó que aprendieras a ser independiente desde muy corta edad. Además, tuviste un poco más de libertad que tus hermanos.
#5 Viviste lo mejor de dos mundos
Antes de que tu hermano pequeño naciera, fuiste el bebé de la familia y te consentían al máximo. Después, pudiste experimentar ser, en parte, el mayor y tener a alguien que siguió tu ejemplo y a quien pudiste enseñarle muchas cosas.
#6 Sabes vivir libre de presiones
Las parejas suelen tener más presiones con el hijo mayor, y después, adquieren sabiduría para llevar mejor las labores de crianza. Gracias a eso, creciste libre de presiones y no te agobias si algo no resulta como esperabas.
#7 La gente a veces te llama por otro nombre
Tus abuelos, tíos e incluso tus papás suelen confundir tu nombre con el de tus hermanos o hermanas. Tú ya te acostumbraste a eso y ya hasta volteas cuando te llaman de otra manera.
#8 No necesitas ser el centro de atención
Sabes que estar al centro de los reflectores no siempre es importante, ya que eso te enseñó ser el hermano de medio. Por ende, dejas que sean tus acciones las que hablen de ti.
#9 Disfrutas pasar tiempo solo
En ocasiones, tu hermano mayor te consideraba muy joven para pasar tiempo juntos y el pequeño no siempre comprendía tus intereses. En consecuencia, aprendiste a divertirte contigo mismo y hasta la fecha te asegurar de tener momentos que sean sólo para ti.
¿Te identificaste con alguno de los puntos?
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