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Ayuda de Impacto: Una enfermedad hizo que le crecieran sus piernas y ahora está postrada en una cama con casi 800 libras de peso

Lejos de sus hijas que la procuran poco, esta mujer intenta no dejarse vencer por la depresión que su condición le ha provocado. Con la esperanza de que Dios le devuelva su vida normal, ahora pide ayuda para poder comprar sus tratamientos médicos e intentar que los doctores encuentren una solución.
10 Ago 2023 – 02:21 PM EDT

Una dominicana de 46 años ha visto cómo su vida se ha ido apagando de a poco debido a la Celulitis infecciosa que padece y que ha provocado que sus piernas crezcan de manera descontrolada.

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Esta condición ha provocado que Cristina Jiménez haya alcanzado las casi 800 libras de peso, convirtiéndose en uno de los casos de obesidad extrema más graves en la historia de República Dominicana.

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“Me da depresión y hay días en los que me la paso llorando, deseando que Dios me mande a buscar, porque no aguanto los dolores”, dice llorando Jiménez, quien no puede moverse por el tamaño de sus piernas y sin tener los recursos necesarios para sus tratamientos médicos.

La vida de Jiménez cambió de manera radical en 2018, cuando notó que sus extremidades inferiores crecían sin parar y tenía mucha fiebre.

“Se me pusieron rojas, con ampollas y tardé en ir al médico, hasta que fui y me tuvieron que internar”, rememora la mujer.

Tras varios estudios, los doctores determinaron que Jiménez padecía Celulitis Infecciosa, una infección por bacterias en la piel que, de no tratarse a tiempo, puede provocar complicaciones severas.

“Se me fueron abriendo úlceras grandes que llegaban hasta el hueso (…) me quitaban carne podrida con gusanos”, dice la afligida mujer.

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Desde entonces, Jiménez pasa los días postrada en una cama, siempre boca arriba, solo pudiendo mover los brazos y la cabeza.

“Es algo que no le deseo a nadie”, dice la afectada, quien lamenta tener que depender de otros para seguir con su vida.

Sin embargo, ninguna de esas personas que le ayudan a diario son sus hijas, quienes no ven por su madre, a pesar del miedo de Jiménez de que un día su cuerpo no resista más y poco puedan hacer para salvarla.

“Hay una que ni me llama y la otra viene a veces, cuando puede. Yo le pido a Dios que me las cuide, aunque no las vea”, dice Jiménez al borde del llanto.

En ese contexto, Jiménez depende solo de un hermano que trabaja como jornalero y de sus vecinos del barrio, quienes tratan de darle lo que necesite, aunque requiere de alimentos, medicinas y muchos tratamientos médicos.

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Además, su estado ha empeorado debido a la dificultad que representa llevarla al doctor, a quien no visita desde hace ocho meses.

“Ya no quepo en los coches; la última vez que me llevaron duraron tres horas para sacarme del vehículo”, afirma llorando Jiménez.

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A pesar de tanta adversidad, la mujer mantiene su fe intacta a la espera de que algún día se produzca un milagro que le regrese su vida.

“Quisiera solo caminar. Eso es todo lo que le pido a Dios”, asegura.

Los que quieran ayudar pueden llamar al: 829-301-4152


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