Ciencia y Tecnología

Los asombrosamente lúcidos sabios de la Edad Media: Fibonacci

29 Nov 2015 – 10:00 AM EST

Son pocos los matemáticos conocidos gracias a una película. Leonardo de Pisa, apodado Fibonacci (1170-1250), es uno de ellos, tras la célebre sucesión matemática referida en la novela superventas de Dan Brown, llevado al cine, El Código Da Vinci.

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Popularizador del cero

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Como primer divulgador de las matemáticas hindú-arábigas en Europa, a Fibonacci le tocó dar a conocer el cero en el viejo continente. El cero como noción de la ausencia de cantidad ya existía desde antes de la Era Común, pero fueron los matemáticos hindúes, en torno al siglo VI, quienes primero lo concibieron como número posicional, lo que hace posible que podamos escribir cualquier cantidad con solo diez dígitos.

¿Te imaginas el comercio, la contabilidad y las finanzas de la actualidad sin el cero? Pues antes de Fibonacci, los contables europeos tenían que elaborar sus reportes sin la ayuda del cero. Fue Leonardo de Pisa quien popularizó el cero en el mundo del comercio y las finanzas.

Un matemático «bondadoso»

El alias del padre de Leonardo era « Bonaccione», que significa « bondadoso» o «bonachón». Fibonacci viene a ser algo así como «hijo de bonachón» ( filio di bonaccione).

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Recordando El Código Da Vinci

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¿Recuerdas la clave introducida por Sophie (la actriz francesa Audrey Tautou) y Robert Langdon ( Tom Hanks) para abrir la caja fuerte que contiene el criptex en la película El Código Da Vinci? Fue 1123581321. ¿Y qué tiene de particular esa sucesión de números?

Después del 1 inicial, cada uno de los cinco números de un dígito es la suma de los dos precedentes (considerando que el segundo 1 equivale a 1+0). Luego vienen dos números de dos dígitos cada uno, un 13 y un 21, que siguen cumpliendo con la regla de la sumatoria de los dos anteriores.

El primero en dar a conocer esa sucesión infinita en Europa fue Fibonacci, en torno al año 1200, tras regresar de un viaje por la costa del Mediterráneo para aprender matemáticas con los árabes.

En realidad la sucesión está definida con dos números iniciales, el cero y el 1, y luego, a partir del tercer número, se va cumpliendo el requisito de sumatoria de los dos previos. El número de Fibonacci tiene aplicaciones en computación y ha sido identificado en distintas configuraciones naturales, como las alcachofas y las piñas de las coníferas.

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La cuadratura del número

Desde antes de la Era Común, a los matemáticos les intrigó el problema llamado la cuadratura del círculo, frase utilizada en la actualidad para hacer referencia a un asunto de difícil solución. Lo que intentaron infructuosamente los matemáticos durante siglos fue encontrar, con regla y compás, un cuadrado que tuviera un área igual a la de un círculo dado.

Hubo que esperar hasta el siglo XIX, cuando en 1882 el matemático alemán Ferdinand von Lindemann demostró que el número Pi (el cociente entre el perímetro de una circunferencia y su diámetro) es un número trascendente, para tener la prueba definitiva de que la cuadratura del círculo es imposible geométricamente.

Quizá pensando en poner en apuros a Fibonacci, planteándole un desafío parecido al de la cuadratura del círculo, un matemático de la corte del emperador Federico II de Hohenstaufen, le lanzó al pisano el reto de encontrar un número cuadrado perfecto que, al sumarle o restarle 5, el resultado fuera otro número cuadrado perfecto.

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Recuerda que un número cuadrado perfecto es aquel cuya raíz cuadrada es exactamente un número entero (ejemplos: 4, 9, 16, 25). El reto estimuló de tal forma a Fibonacci, que dio origen a su principal tratado: El libro de los números cuadrados.

¿Qué opinas de estas trascendentales aportaciones de un matemático que vivió hace más de 800 años?

Te recomendamos leer también nuestro artículo: « ¿Qué es la sucesión de Fibonacci?»

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