
Muchas personas consideran el viajar solo como una afición o hobby, pero detrás de tan sencillo cometido, moverse por el mundo puede convertirse en la mejor escuela de la vida. Y es que, una vez que hayas tomado unos cuantos aviones, te hayas desenvuelto tú sólo por primera vez o quedes atrapado en ciertas culturas, descubrirás algunas enseñanzas que sólo se aprenden en un viaje.
Valerte por ti mismo

Si bien viajar solo es el mejor modo de absorber más enseñanzas, hacerlo acompañado también te ayudará, en ciertos momentos, a valerte por ti mismo. Al volver, los problemas rutinarios se convertirán en migajas en comparación a las situaciones que hayas vivido en el otro lado del mundo, bien por el idioma, por problemas con los locales, o por solucionar tú mismo asuntos burocráticos, de alojamientos y reservas en un lugar desconocido. Las diferentes vivencias te habrán enseñado lo suficiente como para valorarte aún más por ti mismo.
¿Acaso tienes miedo a viajar solo? ¡Ni hablar!
Ahorrar
Al viajar se suele disponer de un presupuesto al que ajustarse a lo largo de la travesía, de modo que, el mantenerte con cierta cantidad de dinero en un lugar diferente supondrá una pequeña prueba de planificación económica que puedes trasladar a tu rutina cuando regreses.
Idiomas
Puedes aprender mucho acerca de un determinado idioma en la escuela situada a la vuelta de la esquina de tu casa. Sin embargo, el mejor modo de aprender un idioma es viajando al destino, no sólo porque estarás inmerso en los acentos y expresiones auténticas, sino porque aquellas enseñanzas que debes aprender "a la fuerza" siempre serán mejor concebidas que en un aula aun con profesor nativo.
Cultura
Al igual que sucede con el idioma, la cultura puede ser estudiada mediante libros y documentales, pero la experiencia de conocer restos arqueológicos en terreno natural, tradiciones locales, naturaleza, gastronomía o monumentos típicos, penetrará en ti con mayor intensidad, como un torbellino de verdad, de auténtica cultura. Y es que, en los viajes, como en muchos otros aspectos de la vida, debes ser testigo in situ de todo aquello que consideras importante y necesario.
Otra perspectiva
Aspectos culturales aparte, los viajes también aportan una perspectiva diferente de las cosas, una visión de la vida que te ayudará a valorar lo realmente importante de tu familia, pareja, amistades o existencia en si misma. Los viajes son sanos, terapéuticos, un espejo en el que observar la vida y valorar aquello que quieres y lo que no.
Abrir la mente
Tras un viaje, comprobarás que la mente se expande, se abre un poco más. Conoces nuevas personas con vidas interesantes, comprendes ciertas diferencias étnicas y sociales entre, por ejemplo, un país asiático y uno europeo. Algunas culturas te hacen sentir más pequeño (o grande), descubres que las personas son seres parecidos de diferentes envoltorios, todo coopera para que esa apertura de mente sea traslada a tu rutina y personalidad para siempre.
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Estas 6 enseñanzas que sólo aprenderás viajando van desde las meramente culturales o sociales hasta otras mucho más personales. Por algo viajar es uno de los grandes placeres de la vida, el cual puedes adaptar perfectamente a tus necesidades con tal de obtener el placer, satisfacción o esos conocimientos que adquieres una vez has salido ahí fuera y repites más de una vez.